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La UCD vasca amenaza con radicalizarse ante los nacionalistas

El presidente de la UCD vasca advirtió a los dirigentes del PNV que podrían encontrarse con una oposición más dura, por su parte, si los nacionalistas siguen ignorando los ofrecimientos de colaboración leal. Jesús Viana efectuó esta declaración al término de la primera reunión de la ejecutiva centrista del País Vasco, celebrada en San Sebastián. Entre los acuerdos adoptados por UCD figuran su voluntad de figurar en la comisión mixta de transferencias, en la parte representante de la Administración central, y su deseo de influir cerca de Adolfo Suárez para el nombramiento del delegado del Gobierno en el País Vasco.Los centristas vascos, según su presidente, Jesús María Viana, tienen la impresión de habercumplido desde las elecciones al Parlamento vasco -en las que vieron reducido su electorado de manera notable- un papel de segunda fila, «menos espectacular, pero de mayor eficacia», en virtud de su contacto permanente con la comisión mixta de transferencias para propiciar un entendimiento que facilite el traspaso de competencias a las autoridades de la comunidad autónoma. Viana recalcó, al término de la reunión de la ejecutiva, celebrada a última hora de la tarde del viernes, que su partido sigue interesado en ejercer una función mediadora en la discusión de las transferencias, para lo que podría llegar a una participación directa en la comisión, formando parte de la representación del Estado.

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El presidente de la UCD vasca se refirió, sin embargo, a la obstrucción que, en su opinión, practica el PNV hacia los centristas, especialmente en los ayuntamientos, y advirtió que su partido puede colocarse en un terreno de oposición más duro frente al Gobierno vasco «si nuestros ofrecimientos de colaboración leal son ignorados». La agilización de las transferencias, principal objetivo de los nacionalistas, podría entenderse que queda condicionada, según esto, a algún tipo de acuerdo, al menos tácito, entre el PNV y la UCD del País Vasco. Si los nacionalistas cuentan con una mayoría ajustada en el Parlamento de Vitoria (veinticinco votos frente a veinticuatro de todos los demás grupos que acuden a las sesiones), la simple ausencia de dos diputados puede colocarles en el futuro en una situación difícil.

Sobre este esquema de actuación y de influencia, UCD desea asentar su presencia como partido en la sociedad vasca y hacer valer su papel de representante del Gobierno. La operación responde, sin duda, a la necesidad de recuperar el importante caudal de votos que, en marzo (elección del Parlamento vasco), dio la espalda a los centristas. Sin embargo, de la reestructuración del partido sólo ha trascendido la posible creación de una comisión permanente, que se ocuparía de agilizar su funcionamiento.

En cuanto al delegado del Gobierno en la comunidad autónoma, cuyo nombramiento se producirá a finales de septiembre, según anunció Viana, los centristas vascos desean que su opinión cuente en la decisión final.

Todo hace pensar que los criterios de la UCD vasca apuntan a la designación de su presidente, como ya adelantó EL PAÍS.

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