El Gran Timonel
Eran otros tiempos. Septiembre de 1976. Acaba de morir el Gran Timonel, el fundador de la China socialista, el responsable del desencadenamiento de la revolución cultural contra el «revisionismo» y el «aburguesamiento». Los jóvenes guardias rojos, lanzados por Mao a lo largo y ancho del país para predicar la revolución, ejerciendo la violencia contra los tibios, lloran ante su cadáver, en los funerales celebrados en la inmensa plaza Dienanmen, de Pekín. Pocos meses después, lo revolucionario se convirtió en contrarrevolucionarlo, y las mismas masas que lloraban a Mao colgaban, en enero de 1977, los muñecos de la banda de los cuatro, encabezada por la viuda del ex presidente, responsabilizándola de haber engañado a Mao y de provocar la catástrofe de la revolución cultural.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.