La diputación y los salesianos

Ante las versiones sesgadas que se están produciendo estos días en determinada prensa sobre la conclusión de las negociaciones entre la Diputación de Madrid y la Institución Salesiana, relacionadas con el Colegio de San Fernando, conviene hacer algunas aclaraciones:1. La Diputación de Madrid y la Institución Salesiana -Inspectoría de San Juan Bosco de Madrid- tenían un convenio desde 1948, convenio cuya última renovación procede de 1975 y que tenía, según su letra, «vigencia indefinida».

2. El convenio establecía en su base séptima que cualquiera de las partes podría revisarlo o anularlo con un año de antelación. El pleno de la diputación de 26 de septiembre de 1979 aprobó la denuncia del convenio.

3. Como consecuencia de la denuncia, en mayo pasado, se inició una serie de reuniones en tre miembros de la diputación y de la Institución Salesiana, donde se plantean puntos de vista contrapuestos. La corporación ofrece la posibilidad de un contrato y, por tanto, la continuidad en el centro a cada uno de los 34 salesianos que han desarrollado su actividad laboral en el Colegio San Fernando durante el curso 1979-1980. La Institución Salesiana manifestó que de no seguir como tal institución no aceptaba seguir en el centro.

4. El pleno de la diputación del 31 de julio acordó rescindir el antiguo convenio con los salesianos y contratar a los que de ellos opten por seguir su actividad en el Colegio San Fernando.

Como consecuencia de estos hechos, la Institución Salesiana no continuará en el Colegio San Fernando a partir del 26 de septiembre próximo, y precisó que es la Institución Salesiana la que abandona el centro, porque, sin embargo, hay ya varios salesianos que, acogiéndose al acuerdo votado por la izquierda en la diputación, continuarán el próximo curso en sus puestos de trabajo con contrato individual.

La oferta que han hecho los socialistas, asumida por los comunistas, a la Institución Salesiana de contrato individual ha sido reconocida por el provincial de los salesianos como una situación económicamente más favorable que la que venían teniendo en el pasado. Habrá que preguntarse entonces qué encierra esa propuesta, que siendo más beneficiosa es rechazada.

Lo que los socialistas hemos propuesto es un proyecto de trabajo en común, basado en el respeto mutuo y la tolerancia, basado en el análisis y la reflexión permanente sobre los problemas que en cualquier comunidad surgen a diario. Hemos propuesto una escuela que no sea lugar de adoctrinamiento, ni de vinculación política o religiosa; sí un lugar de comprensión, de respeto a la conciencia de todos, profesores y alumnos, donde se aprenda a pensar de forma libre y crítica, a amar el mundo y a hacerlo más humano y vivible.

Frente a esta actitud de mano tendida a la colaboración, la Institución Salesiana como tal, no así varios de sus miembros, ha preferido mantener, en el ejercicio de su derecho y su libertad, la estructura grupal, estableciendo una clara divisoria entre su propio grupo y los otros grupos, Optando por la coherencia colectiva propia diferenciada y homogénea.

Hay que concluir, y los madrileños deben saber que los salesianos que no siguen en el Colegio San Fernando durante el próximo curso no lo harán porque la izquierda les obligue a abandonar el centro, sino porque ellos, institucionalmente, no están dispuestos a trabajar con la izquierda en el ámbito educativo.