La capital israelí
Le escribo en relación con la carta sobre Jerusalén que firma el señor Barnatán y aparece en EL PAÍS del 6 de agosto. De hecho, como en los escritos anteriores a los que el propio señor Barnatán hace referencia, se plantea en ella un tema muy concreto: la judaización de esta ciudad, asunto nada nuevo, desde luego.Como estoy absolutamente convencido de que este resulta ya un tema histórico y, por tanto, ante todo, absoluta y, necesariamen!e documentable, desisto de hacer planteamientos más o menos literarlos, simbólicos o antropológico-emocionales, para dejar constancia de estas tres preguntas concretas:
1. ¿Es cierto que la propiedad árabe de la tierra, en Jerusalén, pasó de un 94% en 1918 a un 84% en 1948, y a un 14%, aproximadamente, hacia 1976, en forma totalmente inversa a lo que pasó con la propiedad judía: 4%, en 1918; 14%, en 1948; 84%, hacia 1976?
2. ¿Es cierto que, con fecha 14 de abril de 1968, el Ministerio de Hacienda israelí, y como «segunda fase» de su plan de demolición de la zona de Al-Haram ash Sharif, confiscó unos territorios en los que se incluían 595 edificios, con 1.048 apartamentos, 437 establecimientos comerciales, 5 mezquitas, 4 escuelas, 2 zaguías, el antiguo mercado de Bashoura y la puerta de Silsila? ¿Y que, como consecuencia inevitable de tales medidas, 6.000 propietarios árabes se vieron obligados a abandonar sus propiedades?
3. ¿Es cierto que en la 35ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, fecha 31 de marzo de 1980, se presentó un escrito de protesta contra la decisión del gobernador militar israelí por la que se concedían sólo dos semanas para el cierre del Science College, de Abu Dees, que estaba destinado a ser el núcleo de una universidad árabe de Jerusalén.
presidente de la Asociación de Amigos del Pueblo Palestino.
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