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La nueva estrategia nuclear de EE UU puede evitar el peligro de "guerra total"

La revisión de la estrategia nuclear norteamericana, consistente en que los misiles apunten hacía los centros militares, industriales y políticos de la URSS, en lugar de hacerlo a las ciudades soviéticas, trata de evitar que en caso de conflicto no haya otra elección que el sacrificio masivo del pueblo soviético o la capitulación; en definitiva, que cualquier confrontación sea de carácter limitado. Este es el sentido de la decisión adoptada por el presidente Jimmy Carter, según unas declaraciones realizadas el sábado a la emisora La Voz de América -que emite para el extranjero y principalmente para los países del Este- por el consejero de Seguridad Brzezinski.La agencia soviética Tass ha acusado al Gobierno americano de «empujar sistemáticamente al mundo hacia una guerra nuclear», en un extenso comunicado con el que respondía a este cambio en la estrategia nuclear de Estados, Unidos. Responsables de la política defensiva norteamericana opinaban, sin embargo, que este cambio estratégico podría limitar una posible guerra nuclear, aunque expertos militares coinciden al señalar que, en cualquier caso, una confrontación de esta naturaleza podría durar varias semanas.

Según las declaraciones de Brzezinski, la nueva doctrina nuclear norteamericana afectará fundamentalmente a la orientación del nuevo armamento: los misiles móviles MX, los misiles Cruise y las cabezas nucleares que transportan los submarinos Trident.

Para explicar a los aliados europeos de la OTAN el alcance de esta nueva política, el secretario americano de Defensa, Harold Brown, ha enviado a sus homólogos de la Alianza Atlántica un extenso mensaje, en el que explica que la estrategia recién anunciada ofrece mayores posibilidades disuasorias, al tiempo que limita los riesgos de guerra nuclear generalizada.

El secretario de Defensa añade en su mensaje que Estados Unidos pretende e esta forma hacer comprender a los soviéticos que un ataque podría costarles una dura respuesta precisamente allí donde más puede dolerles: en su complejo militar- industrial y en los refugios atómicos de los principales dirigentes. Las grandes ciudades soviéticas, a las que apuntaban hasta ahora los misiles norteamericanos, se convertirían así en objetivos de segundo orden.

Resulta sorprendente, sin embargo, que este importante cambio en la estrategia defensiva americana, hecho público por la Prensa el pasado miércoles, no fuera conocido con antelación por el secretario de Estado, Edmund Muskie, quien ha reconocido públicamente que ha sabido del tema por la Prensa. Muskie declaró en una rueda informativa que una cuestión de tal envergadura tenía que haber sido consultada con él antes de que el presidente Carter tomase tina decisión.

Manifestó a continuación que intentaría averiguar por qué no había llegado a sus manos este importante informe. No mencionó, en ningún momento, la rivalidad que había enfrentado a su predecesor Cyrus Vance con el consejero de Seguridad, Zbigniew Brzezinski, y que en última instancia provocó la dimisión del primero.

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