El Partido Demócrata se prepara para una posible sustitucion de Jimmy Carter
Los problemas actuales a que debe enfrentarse el presidente norteamericano, Jimmy Carter, por la actividad de su hermano Billy como agente del Gobierno de Libia, pueden incidir definitivamente en la corriente de «rebeldes» del Partido Demócrata que, encabezados por el senador Edward Kennedy, pide una «convención abierta», cuando del 11 al 14 de agosto el Partido Demócrata deba elegir en Nueva York su candidato a la elección presidencial del 4 de noviembre.
Una encuesta realizada ayer en el Congreso entre miembros de este partido sondeó las preferencias de senadores y congresistas pidiendo que, tanto el presidente Carter como el senador Kennedy, «liberen» de todo compromiso de voto a sus respectivos delegados, en el curso de la convención nacional de Nueva York, Muchos congresistas alegaron que, en caso de «convención abierta», deberían incluirse otros hombres como posibles candidatos demócratas a la elección presidencial que les enfrentará al republicano Ronald Reagan -que cuenta actualmente con grandes posibilidades de éxito, según los sondeos y al independiente John Anderson.El actual vicepresidente, Walter Mondale, y el secretario de Estado, Edmund Muskie, serían las dos personalidades demócratas que podrían «disputar» la nominación a Carter y a Kennedy, que son los dos únicos políticos que participaron en el proceso de elecciones primarias y para compromisarios, de las que salen los delegados para la convención nacional.
Si Carter logra evitar una «convención abierta», llegará al Madison Square, sede de la convención en Nueva York, con 1.925 delegados, de los 1.666 necesarios para ser nombrado. Kennedy cuenta con 1. 175 delegados. La victoria de Carter en la convención parece garantizada a primera vista, si no hay un cambio de corriente entre senadores y congresistas demócratas y deciden otra alternativa a la candidatura Carter. Sobre todo porque la degradación de la popularidad del presidente va en aumento y, de perder la elección presidencial, puede también suponer la pérdida de la actual mayoría demócrata en el concurso.
El desenlace del escándalo de Billy Carter, cuya investigación senatorial se iniciará la semana próxima en Washington, puede ser determinante para el futuro de la convención demócrata de Nueva York.
El presidente Jimmy Carter no tiene «nada que ver», según la Casa Blanca, con las operaciones poco claras de su hermano a favor del Gobierno libio del coronel Gadafi, por las que cobró una cantidad superior a quince millones de pesetas. Pero lo que está en duda es por qué el presidente utilizó los servicios de su hermano Billy como intermediario con los libios para que éstos, a su vez, presionaran al ayatollah Jomeini y liberar a los rehenes norteamericanos en Irán, que ayer cumplieron 266 días de cautiverio.
El propio presidente Carter, su esposa Rosalyn -que fue la que tuvo la idea de solicitar los servicios de Billy- y el doctor Zblgniew Brzezinski, jefe del Consejo de Seguridad Nacional, pueden ser llamados a declarar ante el subcomité senatorial que investigará el caso de Billy Carter. «No se trata de un nuevo Watergate, porque no pueden considerarse como culpables a altas personalidades», dijo el senador demócrata Birch Bayh, presidente del subcomité investigador.
Queda claro que el presidente Carter buscó el apoyo de su hermano con el noble propósito de conseguir la libertad de los rehenes detenidos en Irán. Todo ocurrió a finales de noviembre último, mucho antes de que Billy comenzara a recibir dinero por parte de los libios. Sin embargo, frente a la opinión pública norteamericana, el lío del hermano del presidente «como agente del Gobierno libio» puede contribuir a desprestigiar a Jimmy Carter.
Es esto lo que temen los demócratas, en cuyas filas comienza a soplar un aire frío de derrota de cara a la elección presidencial del 4 de noviembre. De ahí que las perspectivas para una convención abierta, en definitiva, de un cambio del candidato Jimmy Carter a su hipotética reelección por el de un «hombre nuevo», Kennedy, Mondale o Muskie, comience a tomar cuerpo de forma muy seria.
Un sobrino del presidente Carter fue detenido la noche del viernes, en Houston, Estado de Texas, por conducir en estado de embriaguez y por hallarse en posesión de marihuana.
Robert Michael Stapleton, de 21 años, hijo de la hermana de Carter, Ruth Carter Stapleton, fue detenido cuando se negó a frenar su automóvil alquilado en una señal de alto.
Los policías que lo detuvieron dijeron que parecía intoxicado y descubrieron varios gramos de marihuana en la guantera del vehículo.
Stapleton declaró que no sabía nada de la marihuana y que seguramente la habían dejado allí quienes anteriormente hubieran alquilado el automóvil.
Después de comparecer en audiencia, Stapleton fue dejado en libertad bajo fianza de 800 dólares (más de 5.000 pesetas). Su caso será visto el primero de agosto.
Conducir bajo los efectos del alcohol constituye una falta en Texas que lleva aparejada hasta un máximo de un año de prisión y multa de 2.000 dólares; la posesión de marihuana está penada con seis meses de prisión y 1.000 dólares
Otro sobrino de Jimmy Carter, llamado William Carter Spann, de 34 años, cumplió condena de diez años en una cárcel de California por robo a mano armada. En libertad condicional en diciembre pasado, fue detenido otra vez en junio por incumplimiento de las condiciones de libertad.
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