Informe pesimista del Gobierno norteamericano sobre la situación general del mundo en el año 2000
Un informe oficial del Gobierno norteamericano, hecho público a finales de esta semana, hace un balance muy pesimista del mundo en el año 2000. El crecimiento de la población mundial, el aumento de las diferencias de ingresos entre los países ricos y los países pobres y la disminución de los recursos naturales crearán a finales de siglo un mundo «más vulnerable a los desastres naturales» y a las «amenazas de guerra», si las tendencias actuales se desarrollan.El estudio, titulado «Informe global, año 2000», ha sido realizado, a petición del presidente Carter, por el Departamento de Estado y el Consejo sobre la Calidad del Medio Ambiente (CEQ), y con la colaboración de once agencias gubernamentales, entre las que destacan el Departamento de Energía, la Agencia para el Desarrollo Internacional (AID) y los servicios secretos (CIA).
Los autores del informe, que empezaron a trabajar en 1977, lo presentan como «el primer intento del Gobierno norteamericano -o de cualquier otro Gobierno- de efectuar previsiones cuantitativas sobre la población, los recursos y el medio ambiente a nivel mundial».
«Si las tendencias actuales siguen su curso, el mundo en el año 2000 estará más poblado, más con taminado, será menos estable ecológicamente y más vulnerable a las explosiones que el mundo de hoy en día», afirma el estudio.
«Para centenares de millones de personas desesperadamente pobres las perspectivas en materia de alimentación y de productos de primera calidad no serán mucho mejores. Para muchos serán incluso peores», señala el informe.
He aquí las principales previsiones del informe:
La población mundial aumentará de 4.000 millones de personas en 1975 a 6.350 millones en el año 2000. Es decir, un aumento de más del 50%. Este incremento afectará principalmente -en un 92%- a los países del Tercer Mundo. De los 6.350 millones de habitantes de la Tierra, 5.000 millones vivirán en los países en vías de desarrollo.
La emigración de poblaciones rurales hacia las ciudades originará una densidad demográfica «casi impensable» en algunas aglomeraciones del Tercer Mundo. En el año 2000 México contará con más de treinta millones de habitantes, Calcuta tendrá casi veinte, y Yakarta y Seúl tendrán entre quince y veinte millones.
La diferencia entre el producto nacional bruto (PNB) por habitante entre los países industrializados y los países del Tercer Mundo aumentará. En 1975 esta diferencia era de unos 4.000 dólares. El año 2000 será de 7.900.
Los recursos de petróleo por habitante van a a disminuir en un 50% en los próximos veinte años; las reservas de agua, en un 35%; las reservas de madera, en un 47%. Además, entre el 15% y el 20% de las especies animales y vegetales desaparecerán de aquí al año 2000.
Entre 1975 y el año 2000 los precios alimenticios aumentarán en un 95%, y los precios de los productos energéticos, en un 150%. Los cambios necesarios, concluye el informe, «superan las capacidades de un solo país», e insiste a continuación en la necesidad de ampliar la colaboración tanto con los países desarrollados como con los países del Tercer Mundo en un espíritu de generosidad y justicia».
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