Si Peter Romero fuera Cúrro Sellers
La noticia del mundo del espectáculo es hoy la muerte de Peter Sellers. Hombre, cuánto siento ya la muerte de Peter Sellers. Mucho nos hemos reído con él, y eso. Una figura en lo suyo, no cabe duda, como, sin ir más lejos, Curro Romero lo es en el planeta de los toros. Lo único que le falta para llegar al tope de la fama es llamarse Peter Romero o Curro Sellers. ¡Ay, entonces!El problema del espectáculo taurino es el propio taurinismo. Esta gente -buena gente, por otra parte- se cree que con comprar seis toros, contratar tres toreros y pegar dos carteles ya está hecho el negocio. Y así pasa lo que pasa. Por ejemplo, que en una corrida como la del miércoles, con los paquirris en cartel, había media entrada, y que en la de ayer, con el Curro, volvió a ocurrir lo mismo.
Plaza de Valencia
Sexta corrida de feria. Tres toros de Sepúlveda, desiguales; primero y quinto de Gabriel Rojas, manejables, y tercero de El Sierro, manso. Curro Romero: pinchazo sin soltar, otro y tres descabellos (palmas y pitos). Pinchazo leve y dos descabellos (palmas). Julio Robles: media delantera baja (silencio). Estocada caída (oreja). Emilio Muñoz: estocada (silencio). Estocada pescuecera a toro arrancado, de la que sale volteado, y estocada delantera caída (aplausos).
Preguntarles a los curritos, que se estarán achicharrando en Sevilla, quién es Curro. Contestarán como un sólo hombre: er meó. Bien, pero Sevilla no es toda España. Fuera de Sevilla, Curro necesita pregón, como todos, y en cualquier parte el espectáculo hay que divulgarlo, meterlo por los ojos, ilusionar a la clientela. Los del mundo del cine lo bordan: Peter Sellers, o quien sea, ahí están, fama mundial. Y los de la canción también lo bordan, y los del fútbol, y cualquiera. Todos menos el taurinismo, que está anclado en cuando Bomba, Machaco y Pastor; los mismos usos, los mismos modos, las mismas gaitas, sin otras ideas nuevas que las que trajo Camará para el manoletismo, y de esto más vale no hablar, que se arma.
Ahora hay que decir de Curro que ayer ;alió al ruedo valenciano a dejarse matar. Bueno, quizá no tanto, pero aires de kamikaze le vi cuando -¡llorad, curritos sevillanos, llorad!- con unos mágicos pases de tirón se llevó al primer toro al mismísimo centro del ruedo y allí lo embrujó con tres redondos soberanos. O cuando en el otro, hermoso ejemplar que se había venido abajo, se metió entre los pitones, abombado el pecho, saliente el mentón, por mis mengues que fue como lo cuento, y creí que se había. convertido en Superman. ¡Ay si Peter Romero fuera Curro Sellers, o al revés! El mundo entero sería pequeño para cobijar su fama.
Y no se crea que sólo mi Curro estuvo en plan peleón, pues los otros espadas también salieron a por todas. Los toros no les dejaron mucho, y esa es la pena. Los primeros de sus lotes respectivos eran borregones, aburridos, y los liquidaron con aseo. Los otros, encastados y con problemas. Julio Robles, coraje y técnica, obligó al suyo, de Gabriel Rojas, que tenía genio, y de esta forma consiguió hacerle una meritísima faena, que fue de menos a más; cada serie al natural, cada serie en redondo, perfectas de temple, eran una orden de mando con la que dominaba a la fiera. Un importante éxito consiguió ayer Julio Robles, que lleva en alza su temporada.
El de Emilio Muñoz resultó un toro desconcertante, que tomó una vara de gran estilo y en el quite quiso saltar al callejón, y de esta guisa todo, hasta que murió. Lo mismo embestía humillado y con gran recorrido que decía adiós y se iba: a otra parte, que pegaba unas tarascadas de abrigo. Es muy difícil torear de toro así, naturalmente, y Emilio Muñoz le opuso su mejor don, que es el valor y la vergüenza torera. Una lástima que no añadiera a tan importantes virtudes el temple, porque la mayoría de los muletazos le resultaron horrosamente enganchados. En la suerte suprema aguantó la imprevista arrancada del toro -que, a todo esto, tenía mucha casta- y se llevó un volteretón terrible. No le ocurrió nada afortunadamente.
La corrida llegó a su fin y ya es historia. Seguramente los taurinos la tienen olvidada, y, sin embargo, cuántos lances hay en ella, cuántos argumentos, para montar la promoción que necesita el espectáculo. Pero para qué. Los taurinos no la harán ahora ni nunca. Mi Curro tendría que llamarse Peter Romero u otro milagro por el estilo.Sustituido un MiuraVarios toros de la corrida de Miura, que se lidian esta tarde en Valencia, se pelearon ayer en los corrales, y uno de ellos quedó inutilizado. Ha sido sustituido por un toro de la ganadería de Benítez Cubero. Precisamente el toro inutilizado, un chorreao, era uno de los más bonitos. Por otra parte, ayer le fue entregado a Paquirri, en el Hogar Castellano-Leonés, el premio de esta institución al torero triunfador de las corridas falleras.
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