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Funeral por el teniente de la Guardia Civil asesinado en Logroño

A las 11.00 horas de la mañana de ayer se celebró, en el patio de la Segunda Comandancia de la Guardia Civil de Logroño, un funeral de cuerpo presente por el alma del teniente de la Benemérita asesinato el martes en Logroño, Francisco López Bescos.Asistieron el acto la viuda y los hijos del difunto, así como el ministro del Interior, Juan José Rosón; el director general de la Guardia Civil, general Aramburu Topete; el general de la Quinta Región de la Guardia Civil, Rafael Serrano Vals; el general Atarés y representaciones de la Policía Nacional, Ejércitos de Tierra y Aire, autoridades provinciales y locales y líderes de los partidos de la región.

Cuando el señor Rosón abandonaba el patio, acompañado de personalidades políticas y militares, se escucharon gritos de: «ETA asesina», «Justicia», «¿Hasta cuándo?», «Así se muere en el País Vasco y en la Rioja», etcétera. El ambiente se caldeó y hubo numerosos gritos contra el Gobierno y los políticos en general, una vez que el ministro del Interior hubiera abandonado el recinto. Se gritaron consignas contra el presidente Suárez y Rosón.

Miembros de una compañía de la Guardia Civil habían pedido que se rebajase su tiempo de estancia en el País Vasco, a lo que un capitán del cuerpo dijo que se cumplirían seis meses. Varios números gritaron a coro: «¡Tres, tres, tres! ...», refiriéndose a los meses de permanencia en Euskadi. El féretro del teniente López Bescos fue trasladado a la base aérea de Agoncillo, para ser transportado por avión hasta Sabadell.

Posteriormente, se convocó una improvisada conferencia de prensa en el Gobierno Civil de Logroño, a la que asistieron el ministro del Interior, Juan José Rosón, y el director general de la Guardia Civil, general Aramburu Topete.

«Yo no he dicho», comenzó el ministro, «que ETA estuviera desarticulada; es una batalla lenta y difícil. La organización terrorista, por los golpes recibidos, en los tres últimos meses, no tiene una capacidad de acción continuada. En tanto la cabeza de ETA no sea eliminada, seguirá reproduciéndose. El que hayamos tenido un éxito no son guerras ganadas; son batallas parciales, que contribuirán al resultado final».

Cuatro miembros de la Guardia Civil, todos números sin graduación, habían pedido marcharse del cuerpo, a lo que Aramburu Topete señaló: «Es preferible estar solos que mal acompañados. Aquel que tenga miedo, no debe permanecer en la Guardia Civil. Las medidas de seguridad que se toman son continuas; se cambian los recorridos y horarios de nuestros automóviles y maniobras, pero, a veces, no es tan fácil hacerlo. Sin embargo, ayer -por el martes- iban cuatro vehículos: un jeep en cabeza y tres autobuses, que llevaban una distancia prudencial de algunos minutos entre ellos».

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