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Leila Jaled: "La mujer palestina sufre una triple opresión nacional, de clase y social"

Leila Jaled saltó un día a las primeras páginas de los periódicos de todo el mundo como jefa de un comando palestino que secuestró un avión. Joven, hennosa y guerrillera, la Prensa internacional la rodeó con una aureola de héroe de película americana que Leila, que además de todo eso es una mujer con vocación política y una extensa formación intelectual, odia.

A partir del secuestro del avión, Lella Jaled ha vivido completamente al margen de actuaciones públicas, aunque ha continuado trabajando para la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Se ignora, incluso, en qué punto del globo vive, si está casada o si tiene hijos, y su edad exacta. En Copenhague, donde su llegada como presidenta de la delegación de la OLP en la Conferencia Mundial sobre la Mujer cayó como una bomba, rehusó repetidamente contestar una sola pregunta personal. «Estoy aquí como mujer palestina, no como Leila Jaled. Mi vida no tiene porque interesarles». Otro miembro de la delegación, para aplacar a los periodistas, murmuró «estudia historia y tiene treinta años; no les puedo decir más».La dirigente palestina («con Israel no hay más lenguaje que las armas; con el resto del mundo utilizamos la palabra», dijo a su llegada), desconfía de la Prensa aunque, por obligación, concedió algunas entrevistas. Con rápidos signos en árabe anotó, una a una, las preguntas de EL PAIS. A su lado, otro miembro de la delegación que la acompaña permanentemente. Israel solicitó a Dinamarca la extradición de la antigua guerrillera, pero Leila Jaled no está en absoluto preocupada. Continúa participando en todas las sesiones de la conferencia y encabezando acciones de protesta contra la jefa de la delegación egipcia, la esposa del presidente Sadat.

Pregunta. Se ha acusado a esta conferencia de estar excesivamente politizada y de prestar escasa atención a su auténtico objetivo, los problemas de la mujer.

Respuesta. Para hablar de la mujer hace falta examinar las condiciones sociales, políticas y económicas en las que se desenvuelve su vida. La ONU lo ha entendido así al proponer como lema Igualdad, Desarrollo y Paz, algo que no concierne sólo a las mujeres, sino a todos los seres humanos, sin distinción de sexo. Quienes acusan de politización a la conferencia quieren evitar ese análisis global, sin el cual no se puede comprender la situación de la mujer.

P. ¿Cree usted que los países industrializados, al disfrutar de condiciones materiales suficientes, enfocan los problemas de la mujer de forma limitada, sin tener en cuenta las condiciones de los países subdesarrollados?

R. Habría que distinguir entre países socialistas, capitalistas y países del Tercer Mundo. En los primeros, la mujer desempeña un papel de acuerdo con los principios socialistas. En los segundos, la mujer sufre la misma opresión y persecución que toda la clase trabajadora. Para hablar de la situación de la mujer en el Tercer Mundo es imprescindible un encuadre político, ese análisis global económico-social del que hablábamos, sin el que no se podrán adoptar nunca medidas que ayuden a mejorar esa situación. Dentro del Tercer Mundo, por ejemplo, hay tres grupos de mujeres que, por razones políticas, se encuentran en situación especialmente dramática: Africa Austral, refugiadas y palestinas.

P. Si Palestina llega un día a ser un Estado independiente, ¿firmará la convención contra la discriminación de la mujer, o su condición de país árabe se lo impediría? Túnez y Yemen del Sur, los dos únicos países del mundo árabe que tenían intención de firmarla, rehusaron en el último momento.

R. El pueblo palestino y la OLP luchan por la construcción de un Estado democrático donde todos los ciudadanos tengan igual trato y donde no exista discriminación por razón de sexo, religión o raza. No es un objetivo ambiguo, sino un objetivo político por el que trabajamos seriamente.

P. Elude usted contestar si Palestina firmaría o no.

R. Le repito que no hemos estudiado la convención y le insisto en que el Estado palestino excluirá cualquier tipo de discriminación.

P. ¿Está interesada en el movimiento específicamente feminista?

R. Mi interés por la mujer no se basa en su condición biológica. En los países del Tercer Mundo, los problemas esenciales son los mismos para hombres y mujeres. Dicho esto, añadiré que la situación de la mujeres más dramática que la del hombre, debido a tradiciones históricas y formas de cultura con siglos de existencia. En el caso de la mujer palestina, sufre una triple opresión: la nacional, la de clase y la social.

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