William Shakespeare y María Casares, protagonistas del festival cultural de Aviñon
El antiguo certamen teatral cambia radicalmente de orientación
María Casares, el monstruo sagrado del teatro francés, que con el director Jean Vilar y el actor Gerard Philippe formó la trilogía que cimentó el prestigio internacional del Festival de Aviñón, ha vuelto este año a la ciudad de los papas para inaugurar la temporada con El cuento de invierno, de William Shakespeare, dirigida por Jorge Lavelli, el hombre de teatro argentino enraizado artísticamente en Francia y responsable en España del montaje de Doña Rosita la soltera, de Federico Garcia Lorca, que protagoniza, con la compañía del Centro Dramático Nacional, la actriz Nuria Espert.
Desde el pasado día 12 de este mes, y hasta el 10 de agosto inmediato, Aviñón vuelve a desplegar su programa de cultura total ante los 100.000 espectadores que regularmente ya, cada año, recrean una minisociedad que, a su vez, es también un espectáculo.La ya citada María Casares dijo el otro día que, «de querer mantenerse a toda costa en la tradición de Jean Vilar, Aviñón podría transformarse en un museo». Ese problema parece en vías de solución. Los responsables oficiales nombraron este año a un nuevo director del festival, Bernard Faivre d'Arcier, que, a juzgar por sus preocupaciones, ha comprendido la necesidad de renovación de lo que fue una aventura personal de Jean Vilar y que, con el tiempo, se ha convertido en una institución con resonancía en el mundo. El origen del nuevopatrón de Aviñón explica la orientación del futuro del festival: Faivre no es un hombre de teatro en el sentido tradicional.
Es un enarca, tal como se les apellida en Francia a los universitarios salidos de la Escuela Nacional de Administración (ENA), centro vivero de la clase política y de los altos funcionarios del Estado. «Pero al terminar mis estudios», explica el interesado, «el entonces ministro de Cultura, Jacques Duhamel, a mí como a otros compañeros, nos preguntó qué queríamos hacer. Le respondimos que deseábamos disponer de un mes para estudiar la situación cultural del país». Así fue, y el que a estas horas hubiera podído ser secretario de Estado se encuentra en sus manos con el futuro del Festival de Aviñón. Esta primera temporada por él confeccionada la califica de bisagra. El festival intelectual, que fue con Vilar hasta su fallecimiento, en 1970, no ha continuado siéndolo después al pie de la letra, pero ha vivido de aquella primera etapa de confirmación y de esplendor.
Centro cultural a largo plazo
En lo sucesivo, según el nuevo director, el festival se realizará en torno a grandes ejes a definir. No será un centro cultural politicastro en el que se intente contentar a todo el mundo. «Con tres o cuatro familias de grandes creadores, quiero orientar el trabajo a largo plazo, es decir, para varios años. Mi labor consistírá en saber escoger a esas personas que gozarán de libertad total. Mi papel digamos que será como el de un marchante de cuadros o el de un productor de cine. Serán los artistas quienes lanzarán sus bombas».En resumen: éste será el año bisagra de Aviñón, un poco balance de los grandes éxitos del pasado y un poco simiente del futuro.
En el dominio teatral, los clásicos dominan las escenas del festival veraniego francés más conocido en el mundo: Shakespeare, además de la obra ya citada, estará presente con Penas de amor perdidas y Enrique VI, La noche de los pequeños burgueses y La boda, de Brecht; Kean, de Dumas, y La maldición, con textos de Esquilo, Sófocles y Eurípides; Roger Vitrac, autor francés que tuvo que esperar 36 años para que el público reconociera su obra máxima (Víctor o los niños al poder), verá representar por primera vez otra obra suya, Los misterios del amor.
La creación que se espera con más interés es Flowers, presentada por Lindsay Kemp, un inglés que se pretende descendiente de William Kemp, el clown famoso de Shakespeare. Kemp es una especie de creador de sesión continua y el mismo espectáculo evoluciona constantemente. Su ambición consiste en rnezclar todos los géneros y todas las formas: ballet, cabaret, Shakespeare, mimo, strip-tease, ópera, cine, happening.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.