El regreso de Schmidt
(...) Obviamente no era fácil que los americanos aceptasen que Schmidt fuese el primer líder occidental que visitase Moscú, después de la invasión de Afganistán.Indicaría que la iniciativa diplomática pasa de Washington a Europa. Pero su preocupación es exagerada. Contrariamente a los informes que asiduamente publica la prensa americana, proporcionados por la oposición alemana, Schmidt está muy lejos de inclinarse al neutralismo.
Alemania Occidental está cada día más preocupada, debido a que siente que su seguridad no está en manos seguras. Saben que dependen en todo de Estados Unidos y la mayoría no se hace ilusiones de que exista otra alternativa, por ello les afecta más el relativo declive del poder americano y la inconstancia de la política americana. (...)
Schmidt persigue su propia reelección en octubre y el inteirés nacional de su país dentro del marco de la lealtad a la Alianza. Su partido, durante diez años, ha desarro,llado las relaciones con el este de Europa y con la Unión Soviética, para estabilizar la páz en Europa y conservar la estructura de la nación alemana. Al mismo tiempo, la política de la URSS hacia Alemania Occidental también cambió. En lugar de utilizar a Alemania Occidental como el enemigo que sirve para unir el Pacto de Varsovia, la URSS considera a dicho país como una fuerza estabilizadora en Europa y una voz poderosa en la Alianza occidental. (...)
De hecho, Schmidt ha actuado bien. Ha sido firme con respecto a Afganistán. (...) También presionó para iniciar negociaciones sobre los misiles en Europa. Sobre este tema es sobre el que su visita puede ploducir resultados más concretos. También sobre este asunto se centraban las dudas de Carter, llegando a creer que Schmidt proponía una congelación en el despliegue de nuevos misiles.(...)
3 de julio
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