Homenaje a Miguel Delibes en el VII Congreso Nacional de Libreros
«Los nuevos inquisidores, como todo el que no está seguro de su verdad, odian al libro, aborrecen la palabra escrita, atentan contra la libertad de expresión porque carecen de ideas, única manera inteligente y saludable de oponerse a otras ideas», afirmó Miguel Delibes en el curso del homenaje que le rindió el VII Congreso Nacional de Libreros.
«Vuestra profesión, noble profesión encaminada no a haceros ricos, sino a enriquecer a los demás, no es ya sólo eminente, sino también arriesgada, hecho que la enaltece mucho más», añadió el novelista vallisoletano, quien, en otra parte de su intervención, animó a los libreros a seguir con su tarea. «El lenguaje de las cifras es frío y no siempre fidedigno», dijo, «pero si hemos de creer en ese guarismo desconsolador que habla de un 40% de hogares españoles sin un libro, no hay razones para desestimar ese otro tan halagüeño que nos habla de 25.000 títulos editados en España en 1979. Y si esto es así, es evidente que la curiosidad intelectual no ha muerto, sino, al contrario, se ensancha en nuestro país».En la tercera jornada del Congreso Nacional de Libreros se analizó también la ponencia Librería infantil especializada, de la que fueron ponentes Amparo Alonso, Concepción Mateo, Pepe Durán y Carmen Olivares. Todos ellos señalaron que los lectores no nacen, se forman. Y de la misma manera que se pueden hacer lectores, se pueden formar no lectores. Este es el reto con el que se enfrentan no sólo los libreros, si no también los escritores, los editores y la familia y la sociedad. «Si en una familia o en un grupo se explican cuentos, narraciones, anécdotas, se practica, en suma la tradición oral, se están poniendo los cimientos para lectura futura». En el debate se habló de la escasez de libros para niños y de la necesidad de realizar actividades orientadoras y pedagógicas para inculcar en los niños la afición por el libro.
El VII Congreso Nacional de Libreros será clausurado hoy por el ministro de Cultura, Ricardo de la Cierva. En la última jornada se inaugurara un monumento al libro y al niño, costeado por el congreso, y se pondrá el nombre de Glorieta del Libro a una plaza vallisoletana en recuerdo de la celebración de este certamen en la capital castellana.
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