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Los diputados podrán investigar sin preaviso en cárrceles y comisarías

El Ministerio de Justicia ha autorizado a los miembros de la comisión del Congreso que investiga presuntos malos tratos para que, durante las vacaciones parlamentarias, visiten en grupos de tres la prisión de Herrera de la Mancha y las comisarías y cuarteles de la Guardia Civil en el País Vasco, sin previo aviso ni permisos específicos, según han informado fuentes del departamento. Ayer mismo, el presidente de la comisión se había negado a votar una propuesta socialista en este sentido, realizada ante la existencia de «evidencia moral» de que existen torturas.

Esta creencia tiene su base, entre otras cosas, en la declaración que ayer hicieron ante la comisión los decanos de los colegios de abogados de Guipúzcoa, Alberto Martínez Elorriaga, y de Vizcaya, Juan María Vidarte, junto al vicedecano del colegio de Alava, Práxedes Ochoa.También los diputados José Bono, del PSOE, y José Ramón Pin Arboledas, de UCD, pudieron constatar el pasado miércoles, en una visita realizada a la prisión madrileña de Carabanchel, que los presos vascos José María Zavaleta y José Antonio Guruchaga tenían cicatrices que no habían sido reseñadas en la ficha médica del centro, y que sí constaron en el examen que se realizó con motivo de la visita.

Los dos reclusos, que llegaron a Carabanchel el pasado 25 de mayo, sostienen que las cicatrices son consecuencia de su estancia en la comandancia de la Guardia Civil de Pamplona. Según las fuentes informantes de EL PAIS, este hecho es mínimo en comparación con lo relatado por los directivos de los colegios de abogados ante la comisión, reunida a puerta cerrada, como es habitual.

Ante las manifestaciones de los comparecientes, «y habida cuenta de la urgencia para investigar los presuntos malos tratos y torturas, de cuya existencia se ha manifestado que existe convicción moral», el portavoz socialista José Bono hizo la propuesta señalada.

El portavoz del grupo de UCD, Pin Arboledas, calificó la petición socialista de «puñalada de pícaro», y solicitó que no se votase. El presidente de la comisión, Gregorio Peláez, de UCD, indicó que no se votaría, por ser contraria al reglamento, siempre según la versión socialista. José Bono declaró después a Efe, que UCID se había negado a la votación porque estaba en minoría.

La explicación de Peláez es que el día anterior se había pedido a la presidencia del Congreso que durante las vacaciones parlamentarias la comisión de malos tratos pudiese reunir sus grupos de trabajo o visitar dependencias carcelarias o policiales, y hasta que no hubiese contestación, no procedía votar la propuesta del PSOE.

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La decisión del presidente de la comisión provocó una fuerte polémica entre centristas y socialistas. Al salir de la sala, José Bono dijo, dirigiéndose a los centristas: «Esto es una vergüenza, no creéis en los derechos humanos ni en nada». También dijo que Gregorio Peláez ha puesto de manifiesto su nula sensibilidad ante las violaciones de derechos humanos, y que nadie que haya hablado con los decanos y conozca la situación del País Vasco puede cometer la imprudencia, por no llamarlo de otro modo, de manifestar que tenía la convicción de que no existen torturas en Euskadi.

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