Fuerzas políticas asturianas, contra el desmantelamiento siderúrgico

Más de 50.000 personas participaron anteayer en la manifestación contra el desmantelamiento siderúrgico de la comarca minera del Nalón, que se desarrolló entre La Felguera y Sama. Fue la primera movilización que contó con el apoyo de todo el espectro político, desde Fuerza Nueva hasta los partidos extraparlamentarios de izquierda, pasando por UCD, cuyo presidente regional, Emilio García Pumarino, desfiló en primera fila sujetando, como los demás dirigentes políticos y sindicales, una enorme pancarta.El alcalde en funciones de Langreo, Vicente Gutiérrez Solís, del PCE, subrayó que la manifestación de la noche de anteayer significaba el comienzo de la batalla que habrá de librar la cuenca contra el Instituto Nacional de Industria (INI). El alcalde de Laviana planteó en su intervención la necesidad de evitar la pérdida de puestos de trabajo por medio de la creación de industrias dedicadas a la transformación de las materias primas existentes y el desarrollo de la química del Nalón. A medio plazo es preciso, en opinión del alcalde de Laviana, contar con una infraestructura viaria adecuada y la modernización del ferrocarril de Langreo.

Langreo, escenario de tantas movilizaciones clandestinas perseguidas durante el régimen anterior, anteayer se manifestó en plan festivo. Ni siquiera hubo gritos contra UCD, cuyos dirigentes se sumaron hábilmente a la unánime protesta de la comarca contra el desmantelamiento. Lo que sí hubo fueron frases, muy duras contra el Gobierno. El presidente de la diputación, Agustín Antuña, de UCD, llevaba como cualquier dirigente de la izquierda la pegatina del «no» bien visible. En la parte central de la primera fila iban, codo con codo, Horacio Fernández Inguanzo, parlamentario comunista, el socialista Francisco Prendes Quirós, el secretario general del Consejo Regional de Asturias y Emilio García Pumarino, presidente de UCD de Asturias. La manifestación, convocada por los cinco ayuntamientos de la cuenca minera del Nalón, contó con el apoyo de los sindicatos, comerciantes e industriales.

El pasado fin de semana, los sacerdotes de la comarca criticaron en sus homilías los planes de Ensidesa, que prevé el cierre del tren de chapa de La Felguera para el próximo día 30, lo que exigirá el traslado de 242 trabajadores a las factorías de Gijón y Avilés. La reducción de un turno del tren de estructurales será aplazada hasta el verano. El alcalde de Langreo advirtió en su intervención la posibilidad de que Ensidesa decida parar también las baterías y el horno alto, lo que supondría la pérdida de 1.700 puestos de trabajo.

La decisión de Ensidesa es calificada de «inhumana» en los ambientes langreanos, que en los últimos días han invocado reiteradamente la contribución de la zona al progreso con el deterioro de su paisaje y medio ambiente, el trabajo de los mineros y siderúrgicos, las enfermedades profesionales y muchas vidas perdidas,

La manifestación discurrió silenciosamente entre Sama y La Felguera. Al llegar a esta localidad, la primera oradora fue la niña María Mercedes Quirós. «¿Y quién puede mandar todo esto del desmantelamiento?», se preguntó. «Deben ser muy listos o serán muy malos. ¿Quién lo sabe?