Inquietud japonesa ante la posible restricción de importación de automóviles en Estados Unidos
La «advertencia» hecha indirectamente por el Senado norteamericano a los fabricantes japoneses de automóviles y la posibilidad de que Estados Unidos acabe imponiendo restricciones a la importación de estos vehículos, para proteger su maltrecha industria nacional, causaron la lógica inquietud en Japón y desplazaron ayer a la campaña electoral del lugar preferente en los medios informativos.
El Ministerio de Comercio Internacional e Industria aconsejó a los fabricantes de automóviles que mantengan niveles de exportación «ordinarios» al mercado estadounidense, para no provocar una reacción del Gobierno Carter, a quien el Senado ha pedido que revise su política: automovilística, incluidas las importaciones. Funcionarios japoneses se apresuraron a recordar a los fabricantes lo que ocurrió con los aparatos de televisión, cuyas exportaciones a Norteamérica quedaron reguladas por un acuerdo intergubernamental, el llamado Orderly Marketing Agreement (OMA), que en la práctica supuso una restricción importante de las ventas japonesas.Naturalmente, los fabricantes japoneses protestaron ante lo que consíderan un claro gesto proteccionista, y Takashi Ishihara, presidente de Nissan Motor Company, dijo a los periodistas que no era razonable echar la culpa de las escasas ventas de automóviles norteamericanos a los coches importados, y que lo que debían hacer los fabricantes, en vez de solicitar proteccionismo, era mejorar la demanda de sus productos.
Las ventas totales de coches en el mercado norteamericano han descendido un 20% en los cinco primeros meses de este año, pero, en cambio, los automóviles importados de Japón han registrado un incremento de ventas de casi un 9% en el mismo período. El año pasado, Japón vendió 2.700.000 vehículos en Estados Unidos, y los fabricantes confiaban en superar ese récord en este año, ya que el éxito de las ventas está estrechamente vinculado al del coche pequeño y al constante incremento del precio de la gasolina.
El Gobierno japonés no tiene, por el momento, intención de discutir el tema, aunque ha recomendado a los fabricantes de automóviles que, restrinjan de manera voluntaria sus exportaciones, para evitar nuevas presiones del Congreso sobre la Carter.
La opinión más extendida aquí es que Estados Unidos pedirá a Tokio que limite sus exportaciones de coches de forma «voluntaria». Un primer contacto directo entre los dos Gobiernos sobre esta materia tendrá lugar hoy en Venecia, con ocasión de la cumbre económica de las siete democracias industriales, entre el ministro japonés de Asuntos Exteriores, Saburo Okita, y el secretario de Estado norteamericano, Edmund Muskie.
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