Los rebeldes de Nuevas Hébridas impiden el aterrizaje de una misión negociadora
Los rebeldes de la isla de Espíritu Santo cubrieron ayer con bidones de petróleo y camiones las pistas del aeropuerto para impedir el aterrizaje del avión en que viajaba la delegación negociadora enviada por el Gobierno de Puerto Vila.
Los negociadores, que habían salido media hora antes de la capital de Nuevas Hébridas con la esperanza de poder convencer a los sublevados de la isla a deponer sus armas, hubieron de regresar a su punto de partida, al igual que los numerosos periodistas que hicieron el viaje en otros dos aviones.
De esta manera se frustraron, antes de empezar, las negociaciones que debían resolver el conflicto entre los rebeldes de la isla de Espíritu Santo y el Gobierno de Walter Lini. Los rebeldes aceptaron poco después, sin embargo, dialogar el jueves con el enviado del Gobierno de Nuevas Hébridas.
El negociador del Gobierno, Sela Molisa, que emprendió la misión negociadora junto con el ministro del Interior y el secretario del Gabinete, hizo ayer responsable del fracaso al comisario francés.
Sin embargo, el comisario británico, Adrew Stewart, manifestó que no se podía «reprochar al comisario francés que el avión no haya podido aterrizar, ya que los franceses no aseguraron nunca al Gobierno central que los rebeldes autorizarían dicho aterrizaje».
El comisario francés, Jean-Jacques Robert, se negó a hacer declaraciones. Fuentes francesas indicaron que Robert trató de entrar en contacto por radio con el líder de los rebeldes, Jimmy Stevens, sin obtener ninguna seguridad por parte de éste de que aceptaría negociar con los delegados.
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