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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Egberto Gismonti, un recital de pura música

Es una pena, pero la sala Olimpia estaba el pasado martes medio vacía cuando Egberto Gismonti, melena greñosa y perilla mefistofélica en ristre, salió al escenario de la sala Olimpia para comenzar su recital. ¿Jazz? ¿Desarrollo sobre temas brasileños? ¿Apuntes de clasicismo? Más bien música a secas que contenía esos elementos y algunos más., desde la balada hasta las ragas indias.El problema es que Gismonti no resulta muy conocido por aquí, aunque se hayan editado un par de álbumes (dentro del sello ECM) en los que se muestra su capacidad para el matiz, la manera en que vuelca su sensibilidad sobre un piano o una guitarra.

Comenzó con el plano, largando un par de piezas que tanto melódica como rítmicamente resultaban apabullantes. Su mano izquierda tenía un protagonismo poco usual, mientras que la derecha iba soltando notas sueltas o encadenadas, unas veces en plan económico y otras corriendo como un desesperado por su técnica con el instrumento. En todo caso, y desde el principio, su música era enormemente descriptiva, ligándose con la tradición clásica europea, por mucho que las continuas improvisaciones le dieran un aliento de jazz, que impedía que aquello se convirtiera en un concierto de conservatorio, con una versión moderna de Villalobos.

Si esta primera parte de piano sólo impresionaba bastante, la cuestión fue a más cuando salió el bajista, también brasileño, Zeca Asumpcos, con quien Gismonti acaba de realizar un álbum llamado Circense. El apoyo del contrabajo se notaba sobre todo cuando, a continuación, Gismonti cogió sus guitarras de ene cuerdas para, con mucha más técnica y recursos (todavía) que con el piano, llegar al fondo de una música que de manera ya definitiva resultaba incalificable.

Lástima que, cuando el concierto estaba poniéndose al rojo, comenzara a fallar de manera lamentable el sonido del bajo, que acabó no escuchándose para nada. A pesar de ello, Gismonti y Zeca tuvieron que salir de nuevo ante los parcos, pero insistentes, aplausos del personal. A la segunda salieron saludando y se acabó.

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