Fuertes medidas de seguridad en el juicio por el asesinato de Eufemiano Fuentes
En medio de rígidas medidas de seguridad comenzó ayer, en la Audiencia Provincial de Las Palmas el juicio contra Juan Cabrera García y José Juan y Roberto Cabrera, padre y hermanos, respectivamente, de Angel Cabrera, el Rubio, como presuntos colaboradores de éste en el secuestro y posterior muerte del industrial tabaquero canario Eufemiano Fuentes. También debía juzgarse a el Rubio, que ha sido declarado en rebeldía por encontrarse en paradero desconocido.El proceso despertó gran expectación, y en tomo al edificio de la Audiencia Provincial se situaron amplios contingentes de la Guardia Civil que procedieron a identificar a cuantas personas transitaban por el lugar. Dentro del edificio, otro control sometió a identificación a todo el público que tuvo acceso a la sala, que se llenó totalmente, teniendo que quedarse en la calle más de la mitad de las personas que esperaban presenciar la vista. Entre el público se encontraban los familiares de los acusados y personal del Cuerpo de Policía que prestó servicios en Las Palmas durante las investigaciones en torno al secuestro de Eufemiano Fuentes.
Eran cerca de las once de la mañana cuando fueron conducidos, esposados, Juan Cabrera y su hijo José Juan, quienes abrazaron efusivamente a Roberto, que se encontraba en libertad provisional. En ese momento, uno de los abogados defensores, Alfonso Calzada, solicitó de la presidencia, ostentada por Salvador Pérez Ruiz, que los procesados fueran líberados de las esposas, oponiéndose a ello el fiscal, quien alegó que deben atenerse estrictamente a las normas legales.
Posteriormente, el mismo letrado pidió la suspensión de la vista por no haber sido aceptadas las pruebas presentadas por la defensa en el escrito de calificación. Los otros dos defensores, el diputado Fernando Sagaseta y Pedro Limiñana, se unieron a esta petición de Calzada, que fue negada por el fiscal y por la presidencia de la sala.
Se pasó seguidamente a la lectura de las acusaciones para los tres procesados: veinte años y un día de reclusión, así como quince millones de pesetas de indemnización, según la petición del ministerio fiscal, mientras que la acusación particular, representada por Antonio Mesa, pide treinta años y veinticinco millones de indemnizaciones. Las acusaciones que se imputan a los tres procesados son las siguientes: a Juan Cabrera, el trasladar a su hijo Angel, el Rubio, a la residencia de Eufemiano Fuentes, situada en Santa Brígida; a José Juan Cabrera, llamar a los familiares del industrial para el cobro del rescate, y a Roberto, por preparar la luz intermitente que indicaría el lugar donde debía de pagarse el rescate.
El primer testigo en declarar fue el abogado de la familia Fuentes y acusador particular. Dijo, entre otras cosas, que recibió un total de seis llamadas telefónicas en donde se daban las instrucciones por parte de los secuestradores para pagar el rescate, indicando que sus voces tenían un matiz inconfundiblemente canario. En todas ellas se pedía dinero por parte del denominado Comando Rojo 13. El abogado afirmó que «jamás oí decir a Euferniano que hubiese recibido petición de ayuda para el MPAIAC ni para ningún otro grupo político y él no tenía secretos para mí».
Durante el juicio comparecerán 53 testigos y cuatro peritos. Según parece, es propósito de la sala finalizar la causa en el menos tiempo posible, y en principio se estima como plazo deseable el de tres.
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