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Los rebeldes de Nuevas Hébridas aceptan negociar

Los separatistas que controlan la isla de Espíritu Santo, en el Pacífico sur, se han ofrecido a negociar con Gran Bretaña y Francia.No se ha producido respuesta inmediata por parte del ministro principal del Gobierno de Nuevas Hébridas, ni de los funcionarios coloniales británicos y franceses que controlarán este archipiélago hasta su independencia, prevista para el próximo 31 de julio.

Los funcionarios de Nuevas Hébridas manifestaron que los rebeldes de Jimmy Stevens, que declararon la independencia de la isla hace diez días, enviaron sus condiciones para entablar conversaciones cinco horas antes de que concluyese el ultimátum.

El ministro principal del archipiélago amenazó con sofocar a los separatistas con una invasión de Gran Bretaña y Francia, si no deponían las armas y dejaban en libertad a los rehenes.

Stevens, un hombre de barba blanca, propietario de una plantación, y su grupo de rebeldes -armados de arcos y flechas, mosquetes y lanzas- declararon la isla Estado independiente antes de convertirse en el nuevo Estado de Vanuatu, nombre con que será conocida la cadena de ochenta islotes que se llama Nuevas Hébridas.

El ministro principal de Nuevas Hébridas, Walter Lini, ha declarado que Stevens estipula que las negociaciones deben celebrarse en Espíritu Santo y que en ellas deberán participar el ministro de Estado británico para Asuntos Exteriores, Peter Blaker, y el secretario francés para los Territorios de Ultramar, Paul Dijoud.

Stevens también ha exigido el restablecimiento de las comunicaciones telefónicas, aéreas y por télex con la isla y permitir que hagan escala en el puerto de Luganville todas las embarcaciones comerciales.

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Si el Gobierno accede a estas condiciones, manifestaron los rebeldes, pondrán en libertad al comisario del distrito, Joseph Valesa, y a varios policías que tomaron como rehenes cuando, el pasado 28 de mayo, se hicieron con el control de la isla, que inmediatamente rebautizaron como Vemerana.

Los rebeldes han desmentido los rumores de que están almacenando armas y explosivos.

Dos mil personas han abandonado la isla en pequeñas embarcaciones por temor a que, en el caso de una intervención armada franco-británica, se declare un conflicto bélico.

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