476 trabajadores de RTVE denuncian el deterioro de los informativos
Cerca de quinientos trabajadores de los servicios informativos de Televisión Española, han dirigido un escrito que denuncia el deterioro de la información en RTVE, al diputado Antonio de Senillosa, presidente de la comisión de control de RTVE, para que lo tramite a los presidentes del Congreso y del Senado.
El escrito, autocalificado como «estrictamente profesional», está Firmado por 476 trabajadores de los; centros de producción de RTVE en Madrid, Barcelona y Canarias, y de todos los centros regionales, exceptuando el del País Vasco. Se trata del primer documento unitario que un sector de: trabajadores, precisamente los del área considerada más afín a la dirección de RTVE, dirigen al Parlamento, desde que se inició la transición democrática, solicitando urgentes medidas para «un cambio real» en este organismo.«Las manifestaciones externas de este profundo deterioro podrían ejemplarizarse», ajuicio de los firmantes, «en un hecho muy concreto: el justificado desprestigio del conjunto de estos servicios informativos ante la opinión pública, desprestigio y rechazo (como prueban los últimos estudios de audiencia), que inciden sobre los profesionales. La postura adoptada por la dirección ante la denuncia de los males institucionales y de corrupción imperantes en la empresa, recogidos en el informe de la auditoría del Ministerio de Hacienda, contribuye a aumentar y llevar, a cotas altamente preocupantes, este desprestigio».
Los signos internos de este deterioro se resumen en la «falta de ilusión profesional» promovida por una serie de causas que enumera el escrito: «por una falta de ocupación real; por una infrautilización de las capacidades profesionales; por la aparición de nuevas y más sutiles formas de censura, por una distribución inadecuada y arbitrarla de los medios de producción, por la ausencia de una auténtica descentralización informativa hacia las nacionalidades y regiones por un aumento de los programas informativos pero no de sus presupuestos, por la asombrosa vetustez del material técnico y lo que es, aún si cabe, más grave: la falta total de estímulos profesionales y de participación ».
La última parte del escrito expone como «cotas absolutamente inadmisibles y próximas a la irreversibilidad» en el deterioro una serie de hechos y prácticas políticas internas que, provocadas por lo anteriormente expuesto, originan: «una acusada conciencia de mediocridad y una carencia de confianza tanto profesional como ética en gran número de las jefaturas, muchas de ellas detentadas por personas en las que se valora como mérito principal la sumisión a las directrices políticas y personales de altos cargos. Además, la política de retribuciones, nombramientos y prebendas, y el encargo de determinado tipo de trabajos para presionar sobre unos y marginar a otros, aumenta la desmoralización general. A ello debe unirse el progresivo incremento de las injerencias gubernamentales y del partido del Gobierno en los contenidos informativos. Como ejemplo más claro y reciente cabría citar la abusiva y flagrante manipulación electoralista con ocasión de las campañas para el referéndum andaluz y las elecciones de los parlamentos vasco y catalán. Y la frecuente utilización de programas informativos -en lo que a información nacional se refiere- como órganos de difusión de los servicios de prensa de los distintos departamentos ministeriales».
Los firmantes piden a los miembros del Parlamento que «hagan posible la inmediata elección del Consejo de Administración de RTVE, se ponga en marcha el estatuto de RTVE, que posibiliten y exijan una reorganización profunda y democrática de los servicios informativos, y que, por último, defiendan el derecho de los trabajadores a ofrecer a todos los españoles la información veraz, digna y plenamente democrática a la que tienen derecho».
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