Martín Villa, partidario de plantearse la sustitución de Adolfo Suárez en forma realista

Rodolfo Martín Villa se mostró en Oviedo partidario de plantear de forma realista la sustitución de Adolfo Suárez como presidente de UCD, aunque no hoy mismo ni como consecuencia del debate parlamentario de la semana pasada, sino como un hecho natural que, en su opinión, no está próximo, según matizó posteriormente. El ex ministro del Interior se refirió con frialdad al presidente del Gobierno, de quien dijo que «no es algo que no se pueda tocar», pero reconoció en él una parte muy importante del activo de UCD y del Gobierno, «lo que hace de Suárez un presidente atípico». agregó.

Al ser preguntado Martín Villa, en una conferencia de prensa celebrada ayer en Oviedo, por las consecuencias previsibles ele la moción de censura, que, según creencia generalizada entre los observadores políticos, dejó «loca do» a Adolfo Suárez, eludió una respuesta concreta diciendo que se ha producido una oscilación pendular, pasando de unos debates parlamentarios en los que el presidente permaneció lejano a los ataques dirigidos directamente contra él la semana pasada. «Forma parte de su sueldo», agregó, «el ser el más tocado en situación como ésta». De todas formas, se mostró contrario, en las actuales condiciones, a llevar ante el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza propuesta por Manuel Fraga. «En otro momento», añadió, «yo he sido partidario de someter la moción de confianza al Parlamento, pero ahora es más conveniente esperar a que las cosas se asienten, una vez presentada la censura. Por otra parte, en el Gobierno se han introducido cambios importantes hace poco más de un mes y merece una confianza. Yo entiendo además que 166 diputados bien administrados y con una política clara e inteligente son un número muy importante».Eludió también una pregunta sobre la posibilidad de formar un Gobierno de coalición con la Minoría Catalana. Aunque enfatizó la existencia de otro tipo de pactos que no tienen que pasar necesariamente por esa fórmula y subrayó que Pujol necesita en Cataluña de UCD lo mismo que Suárez necesita en Madrid de Convergencia.

El aparente distanciamiento de Suárez de los dos jefes de fila de corrientes importantes de UCD como Francisco Fernández Ordóñez y Martín Villa no fue confirmado de forma explícita por este último, si bien sus palabras confirman la existencla de diferencias internas. «No estoy ahora», aseguró, «más distanciado de Suárez que cuando era ministro del Interior. ( ... ) Yo soy muy disciplinado de cara al exterior, pero incordio dentro». Aludió a la «derrota constitucional» de la moción de censura socialista, que fue votada negativamente por los diputados centristas «sin necesidad de pacto alguno dentro de UCD». Sobre la discusión entre Adolfo Suárez y Felipe González en torno a la existencia o no de negociaciones con ETA, afirmó que un ministro del Interior que quiera pasar por haber sido serio tiene que olvidarse de esas cosas nada más cesar. Respecto a los controles de teléfono, reveló haberlos ordenado con motivo de los secuestros de Oriol y Villaescusa y como consecuencia del asesinato del industrial catalán Bultó. «Si me viera ahora en la misma situación», subrayó, «lo haría de nuevo».

De Felipe González dijo que había estado bien en la primera semana del debate parlamentario, pero que no había llegado a aprobar en cuanto a la competencia, matizando que es lógico, porque los temas se conocen mejor estando en el Gobierno, refiriéndose al examen a que fue sometido el líder socialista por los ministros. «Creo que le salió bien la prueba plástica; dio buena imagen en la comparecencia, en el subir y bajar, pero en el examen de junio de la competencia en los temas concretos no llegó al aprobado».

Como experto en temas autonómicos, cuyo estudio le fue encomendado al cesar como ministro del Interior, Martín Villa se mostró favorable a la promulgación del Estatuto asturiano «no más allá del otoño», por la importancia que tiene de ser el primero en emprender la vía «lenta» del artículo 143 de la Constitución, y se manifestó partidario de la formación de gobiernos monocolores en las autonomías para responsabilizar a los partidos mayoritarios. Finalmente, la duplicidad que generaría el mantenimiento de los órganos regionales y provinciales en las regiones uniprovinciales fue calificado de «una locura» por el ex ministro del Interior.