Dimite el vicepresidente de la Asociación de la Prensa de Madrid

Alfonso Sobrado Palomares, periodista, vicepresidente segundo de la Asociación de la Prensa de Madrid, ha dimitido de este último organismo por discrepancias con la declaración de su junta directiva sobre el tema de la libertad de expresión. También ha dimitido el señor Palomares de su cargo como presidente de la comisión de la Hoja del Lunes, por el desacuerdo que mantiene con la línea política del órgano de la asociación mencionada. Ambas dimisiones le han sido aceptadas.

Las razones por las que Alfonso Sobrado Palomares decidió dimitir de sus cargos fueron explicadas en una carta que el interesado envió a Luis María Ansón, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid. El texto de esta comunicación fue divulgado ayer por la oficina federal del Partido Socialista Obrero Español, al que el señor Palomares pertenece. En un despacho de la agencia Efe dando cuenta de la aceptación, por parte de la presidencia de la Asociación de la Prensa, de las dimisiones de Alfonso Sobrado Palomares, se hace una directa alusión a esta adscripción política del dimisionario.Las discrepancias de Alfonso Sobrado Palomares con la línea política de Hoja del Lunes alcanzaron su punto culminante, según su carta, el pasado día 19 de mayo, cuando un artículo suyo, en el que criticaba los planteamientos del Gobierno de Adolfo Suárez, «fue censurado, en el sentido más preciso del término». En cambio, dice el ex comentarista político del periódico de los periodistas, «apareció otro de un colaborador circunstancial y espontáneo que patrocinaba y defendía las tesis gubernamentales».

La declaración sobre libertad de expresión de la junta directiva de la Asociación de la Prensa, de la que el señor Palomares era vicepresidente segundo, fue otro de los motivos de la doble dimisión. La mencionada directiva había señalado que las cotas de libertad de expresión eran similares o superiores a las de países de tradición democrática en Europa, y Alfonso Sobrado Palomares dice que esa frase le suena a sarcasmo cuando en España hay seiscientos procesos incoados a períodistas.