Kwangju permanece desierta tras la ocupación militar
Las calles de Kwangju, la ciudad surcoreana tomada militarmente en la madrugada del martes, permanecían desiertas ayer, salvo por la masiva presencia de tropas y blindados. Helicópteros sobrevuelan la capital provincial del suroeste del país, en la que más de 450 personas han perdido la vida en diez días de enfrentamientos con el Ejército.
El asalto de las tropas que mantenían cercada Kwangju se ha saldado con 19 muertos, entre ellos, dos soldados. Doscientas personas, fortificadas en el edificio del Gobierno provincial, resistieron el ataque final del Ejército. Todavía ayer se escuchaban tiroteos aislados en algunas zonas de la ciudad. Se han registrado también disparos contra alguno de los aviones que hacen pasadas sobre Kwangju.Las tiendas permanecen cerradas y la atmósfera se mantiene muy tensa. Las líneas telefónicas con el exterior están cortadas y prohibida por los militares toda reunión pública en las calles. Pocas horas después de que las tropas de Seúl tomaran la ciudad, cuarta en importancia de Corea del Sur, el Gobierno hizo público un comunicado, afirmando que «la seguridad y el orden habían sido restablecidos».
Las primeras columnas blindadas que penetraron en Kwangju se abrieron paso con ráfagas de ametralladoras pesadas. Ayer por la mañana, al menos quince carros de combate patrullaban las vías más céntricas y las intersecciones principales. El mando militar ha anunciado que Kwangju permanecerá aislada del exterior hasta que la situación se normalice.
La toma de la capital provincial surcoreana se produjo en una operación relámpago, que duró algo más de hora y media. Tres brigadas aerotransportadas y una división de combate participaron en el asalto, que se produjo al expirar el plazo dado a la población insurrecta por el presidente Choi Kyu-hah. Aviones de reconocimiento sobrevolaron la ciudad y ordenaron mediante altavoces a sus habitantes que permanecieran encerrados en sus casas. Una emisora local emitía mensajes en inglés anunciando la inminencia del ataque.
Según las versiones de las autoridades militares, única fuente de información de lo sucedido realmente en Kwangju, 295 personas fueron detenidas después de los combates. Las tropas se dedicaban ayer, además de a tareas de vigilancia y limpieza de reductos, a demoler barricadas y retirar de las calles los vehículos atravesados e incendiados.
Los disturbios de Kwangju comenzaron el 18 de mayo, con manifestaciones estudiantiles en protesta por la imposición de la ley marcial en todo el país y la detención de los principales líderes de la oposición política. Ayer, en su entrevista en Tokio con el jefe del Gobierno japonés, el primer ministro chino declaró que Corea del Norte no aprovechará las dificultades actuales de su vecino para iniciar acciones contra el régimen de Seúl.
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