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Enérgica condena islámica de Estados Unidos y más moderada de la URSS

Los ministros de Asuntos Exteriores de los países islámicos condenaron ayer, en Islamabad, las «agresiones norteamericanas» contra Irán, se opusieron frontalmente a los intentos israelíes para hacer de Jerusalén su capital y reiteraron su petición de una retirada «inmediata, total e incondicional» de las tropas soviéticas de Afganistán.La conferencia islámica, después de cinco días de reuniones en la capital paquistaní, ha dirigido el grueso de sus ataques contra Estados Unidos por sus acciones contra Irán y por su apoyo a Israel en la cuestión palestina. El comunicado final de la reunión ministerial de 38 países afirma que todo el potencial islámico debe concentrarse en «el combate esencial»: la liberación de Al-qods (Jerusalén) y de Palestina.

Las delegaciones que han acudido a esta undécima conferencia han adoptado una posición relativamente moderada sobre la actuación soviética en Afganistán, que contrasta con la condena sin paliativos de Moscú que siguió a su sesión de urgencia en enero pasado.

Los ministros musulmanes han expresado su «profunda preocupación» por la continuada presencia rusa en Afganistán, pero se han conformado con establecer un comité ministerial que inicie las «consultas adecuadas» para una solución global de la crisis afgana. La decisión es vista por fuentes de la conferencia como una apertura de las naciones islámicas hacia el régimen de Kabul, declarado «ilegal» en enero.

El comité será tripartito y estará integrado por los ministros de Exteriores de Irán y Pakistán y el secretario tunecino de la conferencia, Habib Chatti. Su misión fundamental será sondear las intenciones de Moscú. Si este primer contacto es positivo, el comité podría buscar en el seno de las Naciones Unidas o en el marco de los no alineados la manera de abordar los problemas de fondo.

La conferencia no se ha planteado el reconocimiento formal del régimen de Babrak Karmal en Kabul, pero sí entrar en contacto «con una de las partes imprescindibles para una eventual solución del conflicto». Moscú condenó ayer enérgicamente la resolución sobre Afganistán, considerándola «inamistosa para el Gobierno y el pueblo afganos». Tass acusa a los organizadores de la conferencia por no haber permitido la presencia de «una verdadera delegación afgana».

Entre las «condenas» y las «denuncias» prodigadas en Islamabad figuran las de la presencia de tropas cubanas y soviéticas en el cuerno de Africa y el aumento de la presencia militar y la escalada de las operaciones navales de las grandes potencias en el océano Indico. En Islamabad se ha puesto en guardia a los países islámicos «contra todos los intentos para establecer bases militares extranjeras u otorgar facilidades a fuerzas armadas de terceros países».

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La parte del león del comunicado final se la lleva, sin embargo, el conflicto de Oriente Próximo. La conferencia pedirá una convocatoria urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para examinar «la grave situación nacida de la decisión sionista de anexionarse Jerusalén y hacer de ella la capital de su régimen racista».

Los ministros de Exteriores de los países islámicos han anunciado que romperán relaciones diplomáticas y económicas con cualquier país que traslade su embajada a la ciudad de Jerusalén o reconozca su condición de capital. En otra resolución se reafirma apoyo total a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).

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