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Nuevas detenciones en Italia de terroristas de las Brigadas Rojas

Juan Arias

Sobre el asesinato de Giuseppe Amato, diputado regional de la Democracia Cristiana de Nápoles, no existen dudas: no sólo lo han reivindicado las Brigadas Rojas, sino que los cuatro asesinos, que por vez primera fueron capturados por la policía minutos después del acto terrorista, se han declarado miembros de las Brigadas Rojas. Se trata de cuatro jóvenes: tres chicos y una chica.El jefe de la banda, Bruno Seghetti, es romano, y este detalle confirma una de las confesiones del brigadista arrepentido Pecci, quien había asegurado a los jueces que el número uno de las Brigadas. Rojas napolitanas era de Roma.

La satisfacción de las fuerzas políticas por la valiente y fructuosa actuación de las fuerzas del orden, que han capturado a los cuatro terroristas, es evidente. Pero lo que empieza a preocupar es el hecho de que el líder asesinado, que era el responsable de la programación de la región, «uno de los mejores hombres del partido», como había declarado el ministro del Interior, Rognoni, había revelado días antes de su muerte, según afirmó ayer el diario romano Paese Sera, que en las últimas semanas había sido varias veces amenazado de muerte «por grupos maficisos de su partido que querían imponer algunos candidatos en listas» para las elecciones municipales y regionales del 8 de junio próximo.

Como afirma el mismo diario, que revela estos detalles, «no es posible hacer conclusiones que no serían ni oportunas ni posibles», pero, al mismo tiempo no se puede olvidar que, como en el caso del dirigente democristiano Mattarella, presidente, de la región sicialiana, también asesinado por el terrorismo, vuelve otra vez a presentarse la hipótesis -nunca probada, pero siempre presente- de un posible contacto entre Brigadas Rojas y la Mafia local, como un día se dio la unión entre terrorismo político y delincuencia común, hasta el punto de que para evitarlo se crearon las cárceles especiales.

Por su parte, las fuerzas del orden siguen deteniendo a presuntos militantes de Primera Línea, siguiendo siempre las confesiones del «arrepentido de oro» Pecci, que ha permitido descubrir un pozo de información más probadamente auténtico cada día.

En las últimas horas, otros cinco jóvenes han ido a la cárcel, acusados de pertenecer a Primera Línea. El que más ha sorprendido ha sido el obrero de Fiat Dante di Blasi, de veintinueve años, sindicalista activista de la central CISL, de inspiración democristiana.

Las numerosas detenciones llevadas a cabo en esta temporada caliente y la serie de arsenales de armas y documentos descubiertos indican que la organización Primera Línea, considerada aún más dura en su ideología de muerte que las mismas Brigadas Rojas, estaban más articuladas y organizadas de lo que se imaginaba la clase política y las mismas fuerzas del orden.

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