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Francia explica a la RFA el alcance de la "cumbre" de Varsovia

El ministro de Asuntos Exteriores francés, Jean-Francois Poncet, permaneció ayer en Bonn durante un breve espacio de tiempo, durante el que informó a su colega de la República Federal de Alemania, Hans Dietrich Genscher, y al canciller Helmut Schmidt. El motivo de su rápida visita ha sido subsanar en lo posible una omisión consciente del presidente francés: la de no haber informado a tiempo y con amplitud a los demás aliados occidentales sobre su encuentro del lunes pasado, en Varsovia, con el jefe del Estado soviético, Leónidas-Breznev.La misión de Jean-Francois Poncet en Bonn no ha sido fácil, sin duda alguna. Aparte del efecto, poco grato, dejado aquí por el «desmarque» francés, lo que parece ahora más importante es que la iniciativa del presidente Giscard -suya, de los polacos o de los soviéticos, que todavía no está claro este punto- afecta indirectamente al viaje del canciller a Moscú.

Si es cierto lo que afirmaba ayer un despacho de la agencia DDP, el canciller Schmidt viajará a Moscú entre el 30 de junio y el 4 de julio, antes, pues, del comienzo de los Juegos Olímpicos. Para complacencia de los franceses, de todas formas el presidente francés ha conseguido, por lo pronto, que Breznev se haya desplazado hasta Varsovia, mientras que Schmidt debe seguir hasta el Kremlin la invitación soviética.

No deja de sorprender, tras el encuentro franco-soviético del lunes, que el Gobierno federal no coincida con la mayor parte de la Prensa de la RFA en sus respectivas actitudes ante la iniciativa de París. Para el portavoz oficial del Gobierno alemán «carece de importancia» el retraso con que Giscard informó a Helmut Schmidt. Al parecer, el presidente francés le puso al corriente telefónicamente en la mañana del domingo, es decir, poco antes de emprender viaje a Varsovia. Lo importante, para Bonn, es que se reanude el diálogo entre el Este y el Oeste, independientemente de quién sea el promotor de la iniciativa.

Tan cortés actitud no concuerda con las críticas vertidas en la mayor parte de la Prensa alemana. Un diario enfrentaba ayer a Giscard ante el «tribunal de la historia» y anticipaba una sentencia condenatoria si no trascienden cuanto antes resultados positivos concretos de su viaje.

Apenas dos días después de la cumbre de Varsovia, los interrogantes de ésta no se han resuelto. La parte polaca remite insistentemente a la francesa como fuente de información. Los soviéticos guardan hermético silencio y los franceses no abandonan el protocolo. No se sabe aún si los soviéticos están dispuestos a aceptar, como pretenden los franceses, una implicación de los «países interesados» en el «llamado problema de Afganistán»,

Una opinión autorizada francesa aludía ayer en Varsovia a la «necesidad de que China participe también en una solución política» de la crisis.

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