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Finaliza la redacción del Estatuto de Autonomía de Cantabria

Los socialistas y regionalistas podrían rechazar en asamblea, el próximo lunes, el texto del Estatuto de Autonomía para Cantabria, cuya redacción finalizó ayer la asamblea mixta de parlamentarios y diputados regionales. A pesar de que en las anteriores jornadas de discusión -cinco, con un total de cincuenta horas de, debate para aprobar los 48 artículos del proyecto- las posturas de UCD y PSC-PSOE parecían próximas, ambos partidos rompieron el acuerdo el lunes al no llegar a un texto común en las disposiciones transitorias y adicionales que regulan, entre otros temas, las primeras elecciones a la diputación regional y a la distribución de diputados por cada circunscripción.

El grupo centrista impuso su criterio de retrasar la consulta regional hasta las próximas elecciones municipales, convirtiendo la asamblea mixta en asamblea regional provisional, presidida también por el actual titular de la diputación. El resto de la disposición, incluida la propuesta de socialistas y nacionalistas de que en el proyecto de estatuto se incluyera ya el cambio de nombre de la provincia de Santander por el de Cantabria, y otra referida a la distribución de escaños, fueron sistemáticamente rechazadas por el grupo centrista, que mantiene el criterio de que el nombre de la provincia ha de cambiarse previo pronunciamiento de los ayuntamientos de la región. En cuanto al número de diputados de la futura asamblea, queda fijado en 41, dos por cada partido judicial y uno más por cada 20.000 habitantes, mientras que el PSC-PSOE proponía uno fijo por cada circunscripción y uno más por cada 15.000 habitantes, en un intento de quitar fuerza en la asamblea a las comarcas rurales, en las que UCD es mayoritaria y, sobre todo, de ajustar la representación regional al número real de votos.En la actualidad, UCD tiene en la diputación más del 60% del voto, a pesar de que en la realidad sólo obtuviera el 42% de los sufragios populares. Esa desproporción no «la disfrutan» los socialistas (30% en cada caso), pero la «padecen» los regionalistas (un diputado) y la derecha y el PCE, que no están representados en la diputación. En una de las votaciones, los socialistas pidieron voto secreto, pero sólo lograron sumar a dos centristas.

Los portavoces de uno y otro partido, señores Cuartas, por UCD, y Blanco o Barragán por el PSC-PSOE, se enfrentaron dura y repetidamente, acusando el primero de demagogos a los segundos, y afirmando los socialistas que si en sesiones anteriores el portavoz de UCD «había conquistado algún punto en la categoría de demócrata, los estaba perdiendo todos». El presidente de la asamblea mixta, diputado centrista Justo de las Cuevas, moderó con habilidad, pero no pudo evitar que la asamblea se prolongara durante ocho horas sin dejar terminado su trabajo.

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