El burladero del siete
La neotauromaquia -esa que todos los días construyen los pegapases, que todo lo entienden al revés incluye llevarse al toro ante un burladero cuando salen los picadores a la arena (en Madrid es el del siete), donde el peón lo sujeta por el cuco procedimiento de asomar el capote. Ese peón infringe el artículo 116 del reglamento taurino y debe ser multado por tal motivo. Lo merece -en realidad, lo merece el jefe de la cuadrilla-, pues con tal acción desvirtúa la lidia, avisa al toro y provoca que éste se desgracie con sus continuos derrotes contra los maderos. Es una moda nefasta, que tiene todos los síntomas de quedar incorporada a la lidia misma, si el público y la autoridad no lo atajan a tiempo. No está el espectáculo tan óptimo como para admitir olímpicamente la suerte del
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