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Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
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La crisis del 5 de mayo

Las palabras son caprichosas. Cambian de sentido y de significado según las personas que las utilizan o los lugares donde sepronuncian. No hay Real Academia que pueda fijar esta gama de matices. Una de ellas es, sin duda, la palabra crisis. A veces se ha cffcho que lo que cualifica alos individuos es saber vivir en crisis o en tensión permanente.Después de las elecciones al Parlamento Europeo, por sufragio universal, el último 10 de junio de 1979 se ha hablado de la crisis de las instituciones europeas, no sólo comunitarias. El Consejo de Europa ha sostenido y mantiene debates sobre sus funciones y su papel en el próximo futuro. No se pueden ocultar las tensiones entre la Europa de los nueve y la de los veintiuno. En una palabra, los europeos nos estamos preguntando hacia dónde vamos y qué es lo que queremos. Dicho de otra forma, parece que existe una crisis, no tanto de identidad, pero sí de funcionamiento.

El 5 de mayo hemos celebrado el Día de Europa, conmemorando así la fundación del Consejo de Europa en Londres otro 5 de mayo de 1949. Treinta y un años más tarde, dicha institución está integrada por los dos tercios de las democracias parlamentarias del mundo. De ahí que por encima, de cualquier crisis, superficial o profunda, sus fines deben ser cumplidos, la defensa y libertades de los derechos del hombre, las instituciones, democráticas y una mayor justicia economica y social.

España ingresó el 24 de noviembre de 1977, antes de ser aprobada su Constitución, haciendo así una excepción a la costumbre generalizada.

Para nosotros tiene este aniversario una variada significación: es la primera vez que un ministro español, el de Asuntos Exteriores, es presidente en ejercicio del Comité, de Ministros del Consejo de Europa. Por eso hace unas semanas, el 24 de abril, Marcelino Oreja se dirigía al hemiciclo de la Asamblea Parlamentaria en calidad de presidente para abrir ún debate fundamentalmente sobre política europea e internacional.

Al finalizar su discurso dijo, entre otras frases: «... en un mundo cada vez más interdependiente atravesamos por un momento de desconfianza, desestabilizacíón del contexto político y dislocación de las relaciones econórrúcas».

He aquí otra de las cáracterísticas más marcadas de este aniversario la de la crisis internacional, que se yuxtapone y se entrelaza con los problemas internos de cada Estado y, en algunos casos, a las propias instituciones.

Por eso no es exagerado afirmar que este 5 de mayo de 1980 está cargado de negros presagios y tormentosos hechos como rara vez ha ocurrido en los últimos decenios. He aquí algunos datos: crisis que se extiende desde la frontera china hasta el Magreb; invasión soviética de Afganistán; la situación en Irán y su repercusión en todo el golfo Pérsico, zona vital para los intereses estratégicos y económicos de Occidente; crisis de Oriente Próximo; tensiones en el Mediterráneo y en Latinoamérica...

Las consecuencias derivadás de esta situación tocan muy de cerca a los fines que el Consejo de Europa persigue. Más de una vez se ha dicho que Europa es siempre una obra inacabada, quizá como toa vida humana, en el sentido trascendente de la misma vita mutatur, non tollitur.

Así, por ejemplo, en el caso de Afganistán, juntamente con la deportación de Sajarov, está el origen de la crisis actual de confianza en las relaciones Este-Oeste, que dificultan la distensión, con la tentación a lavuelta de la guerra fría; no existen progresos sobre desarme convencional, a pesar de las intervenciones de Breznev en Berlín en el otoño pasado.

Pero estas fuertes tensiones políticas van acompañadas por crisis económica no sólo en los países industrializados, sino también en los del llamado Tercer Mundo,con las consecuentes complícaciones en las relaciones Norte-Sur, debate siempre candente en el hemiciclo europeo. La inflación y el paro en los primeros y la falta de recursos para cubrir necesidades más elementales en los segundos imposibilitan, entre otras circunstancias, lasfórmulas de cooperación entre las partes.

En esta atmósfera enrarecida se están llevando a cabo los preparativos de la Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea que comenzará en Madrid, en noviembre próximo, con el antecedente de la anterior Conferencia de Belgrado (4 de octubre de 1977 a 8 de marzo de 1978), cuyos resultados a nadie satisficieron.

La Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa se reunirá en Madrid, en el Congreso de los Diputados, del 1 al 7 de julio próximo, para debatir todos estos temas.

Somos conscientes de que el ambiente general no es propicio a un entendimiento, pero, aunque no podamos ceder en nuestros principios, sí debemos ser flexibles en las modalidades. Sólo así encontraremos el camino para la resolución de nuestros problemas políticos, económicos y sociales.

Este es el clima, por nadie deseado, que rodea y define este 5 de mayo, Día de Europa, en el que el Consejo celebra su cumpleaños.

Joaquín Muñoz Peiraits es vicepresidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa y diputado de UCD por Valencia.

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