Todos destacan el papel pacificador y la talla de estadista del presidente yugoslavo

Poco después de conocerse la muerte del presidente Tito se han hecho públicas las primeras reacciones y comentarios oficiales, tanto en el Este como en el Oeste, sobre el dirigente desaparecido y el futuro de Yugoslavia. Moscú, Washington, los Gobiernos de Europa occidental y oriental y los de países tercermundistas han difundido comunicados sobre la figura y la obra de Tito. El Papa y el secretario general de la ONU han unido sus mensajes de pésame a los de los principales líderes mundiales.

El Comité Central del Partido Comunista de la URSS hizo público un mensaje de condolencia lacónico, y fue la agencia de noticias Tass la encargada de difundir al exterior los sentimientos oficiales soviéticos. Tass subraya «las buenas relaciones entre ambos países, sin injerencia en los asuntos internos», y menciona a Tito «como defensor de la coexistencia pacífica», informa desde Moscú Ismael López Muñoz.

Al igual que en el resto de los países del Este, ningún medio oficial soviético aludió al antiguo enfrentamiento entre Tito y Stalin. En Moscú se piensa que las honras fúnebres que se celebrarán en Belgrado pueden facilitar entrevistas a alto nivel que relajen la alta tensión internacional. Gromiko y el ideólogo del PCUS Suslov recibieron ayer al embajador yugoslavo.

Por su parte, el presidente norteamericano, Jimmy Carter, dirigió ayer su pésame a las autoridades yugoslavas, calificando a Tito como «figura dominante en el escenarío mundial». En un discurso, el pasado domingo, poco después de conocerse la noticia de la muerte, Carter afirmó que EE UU «no tolerará ningún acto terrorista dirigido contra Yugoslavia o sus representantes».

El secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, aseguró en su mensaje de condolencia que la pérdida de Tito «es irreparable para Yugoslavia», y añadió que representaba la lucha por la independencia, libertad y soberanía del pueblo yugoslavo. «Fue», dijo Waldheim, «la última de las grandes personalidades de nuestro tiempo».Juan Pablo II ha enviado un telegrama a las autoridades yugoslavas en el que afirma que la muerte de Tito «es una pérdida para la comunidad internacional por entero».Por su parte, la OTAN no emitió comunicado alguno sobre el fallecimiento del dirigente yugoslavo, « porque desea actuar con exquisita prudencia», informa desde Bruselas, Soledad Gallego-Díaz. Oficiosamente la Alianza Atlántica no considera viable una intervención armada de la URSS en Yugoslavia. Las inquietudes de la OTAN se centran en el posible recrudecimiento, en los próximos meses, de los movimientos separatistas croata y servio.

La Europa del Este reaccionó con prontitud a la muerte de Tito. En Polonia, el presidente, Henryk Jablonski, y el líder del PC, Edvard Gierek, dirigieron elogios a la figura de Tito como «antifascista y forjador de la vía socialista yugoslava». Checoslovaquia interrumpió sus programas de televisión para dar la noticia, y en términos parecidos a los anteriores se manifestaron el primer ministro, Lubomir Strougal, y el presidente y líder del PC, Gustav Husak. La reacción en la República Dernocrática Alemana fue la más lacónica, y su líder, Erich Hockneker, se refirió a Tito como «una grave pérdida» Húngaros y rumanos resaltaron en sus comunicados la labor personal de Tito en crear una vía nueva al socialismo, y Ceaucescu redundó en la labor titista a favor de la independencia nacional yugoslava.En París, el PC, dijo de Tito que fue «un gran revolucionario de nuestro tiempo», y resaltó que «se jugó su vida y su poder contra el estalinismo», informa Feliciano Fidalgo. Además, todas las fuerzas políticas resaltaron la memoria del primer dirigente comunista, claramente enfrentado a Moscú. El presidente Valery Giscard d'Estaing rindió homenaje al dirigente.La reina Isabel II de Inglaterra envió un telegrama de condolencia, expresando la simpatía del pueblo inglés por su antiguo aliado.En la República Federal de Alemania, informa Julio Sierra, todas las fuerzas políticas han valorado positivamente la lucha histórica emprendida por Tito, al otorgar a su país una línea propia.En Cuba, país que ostenta la presidencia del movimiento no alineado, creado por Tito, se declararon tres días de luto oficial; lo mismo que ha ordenado el Gobierno argelino.