Catalán y valenciano
Me permito la libertad de escribirle la presente, con motivo de la exposición del programa del presidente de la Generalidad de Cataluña, que recoge EL PAÍS de 23 de abril.Es realmente curioso observar cómo los sectores nacionalistas catalanes -y otros que no lo son- se preocupan por el desarrollo y difusión de la lengua catalana. Loable actitud. Sin embargo, el señor Pujol no se siente satisfecho con la promoción de su lengua en su ámbito natural, Cataluña, sino que pretende imponerla a sus vecinos, en este caso, Valencia y Baleares.
Y es curioso porque, mientras se lamenta de la castellanización de su tierra, está en su ánimo catalanizar la nuestra. El argumento que justifica tales desmanes es, todavía, más curioso: tras comparar la Real Academia Española de la Lengua con la Generalidad de Cataluña, se autoconcede la facultad de velar por culturas extrañas a Cataluña y lenguas ajenas al catalán.
En todo caso hay que suponer que el señor Pujol, de haber nacido en Portugal, se otorgaría iguales derechos sobre la cultura y lengua gallegas; y de ser italiano, lo pretendería igualmente sobre sus dialectos (francés, castellano, rumano) y, por supuesto, sobre el catalán.
Son ilustrativas al caso las palabras del que fuera catedrático y académico Lluis Fullana Mira: «La lengua tiene vida independiente, literatura propia y puede formar la historia de su evolución morfológica desde que se emancipó de su madre. El dialecto no puede tener vida independiente, ni mucho menos literatura propia, por tanto, reiros de aquellos ( ... ) que sostienen que el valenciano es sólo un dialecto: ésos no han leído nuestros clásicos de los siglos XIV, XV, XVI y XVII».
Me temo que, desgracíadamente, el señor Pujol lee poco./
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.