Acuerdo entre la Diputación y el psiquiátrico de Ciempozuelos para evitar el desalojo de enfermos

La Diputación Provincial y los hermanos de San Juan de Dios, que regentan el Hospital Psiquiátrico de Ciempozuelos, han llegado a un acuerdo económico para resolver el problema de los internos dependientes de la corporación madrileña. Las conversaciones continuarán, sin embargo, en lo relativo a las prestaciones sociales y clínicas que han de recibir los enfermos.

El pasado 31 de diciembre concluyó el concierto entre ambas entidades, y desde entonces existía notable tirantez entre las partes. Las discrepancias llegaron a su punto máximo de tensión el pasado martes, cuando la dirección del hospital anunció que setenta enfermos costeados por la diputación serían trasladados al día siguiente al hospital psiquiátrico provincial, a causa de las desavenencias económicas. La alarma cundió entre los familiares de los internos, ya que la falta de acuerdo podría afectar en un futuro inmediato a todos los acogidos al concierto entre ambas entidades, que afecta a unas mil personas.En el contencioso, los religiosos señalaban que la cuota pagada por la corporación provincial por cada enfermo era totalmente insuficiente con relación a la asistencia recibida por el interno. Mientras que la diputación, señalan fuentes del hospital, paga por enfermo/día ochocientas pesetas, en otros hospitales madrileños suma varios miles de pesetas.

El presidente de la diputación, Carlos Revilla, anunció el pasado miércoles el acuerdo de principio conseguido en materia económica, pero no detalló la nueva cuota establecida. De todas formas, señaló que la diputación abonará la misma cantidad por enfermo que la que mantiene con los internados en los hospitales que de ella dependen directamente. Por su parte, el prior del convento que dirige el hospital de Ciempozuelos, Juan de Dios Ortín, señaló a EL PAÍS que «ellos han cedido un poco y nosotros también hemos cedido otro poco, por lo que se ha llegado a un acuerdo».

Pero, además del problema económico, está la cuestión de las prestaciones sociales. En Ciempozuelos se quejan de la poca atención que prestan los diputados provinciales al hospital. Mientras que los representantes de las diputaciones de Cuenca y Avila y de otras organizaciones estatales y particulares visitan el centro y se preocupan por los enfermos que tienen a su cargo, dicen en el hospital, los representantes de la Diputación de Madrid no muestran el menor interés por los internos que de ella dependen. En este sentido, el director técnico del centro, doctor Lecumberri, manifestó a EL PAÍS; «Desafiamos a la diputación. Que vengan los diputados a comprobar que la cuota que hasta ahora se pagaba no da más que para la pensión, y que con ese dinero no se puede ofrecer una asistencia psiquiátrica acorde con los tiempos».

Mientras que el doctor Revilla anunciaba que no se trasladaría ningún enfermo, y que en el hospital estaban provocando la desazón entre los familiares de los internos para presionar a la diputación («pero los hemos tranquilizado»), el doctor Lecumberri señalaba que no intentaban manipular a los enfermos. «Lo que pasa», añadía, «es que no se puede dar asistencia por este precio. Con él sólo alcanza para el asilo. Pero pretendemos ofrecer una asistencia psiquiátrica y no mantener un asilo. Esto necesita una gran inversión».

Aquí se centra la batalla. La diputación madrileña no parece dispuesta a financiar las obras, sino a contratar una asistencia. Pero fuentes del hospital insisten en que deben participar todos los organismos que mantienen consorcios con el hospital. En medio de ambos se encuentran los enfermos y sus familiares. Algunos de éstos han manifestado que estarían dispuestos a contribuir económicamente para que sus parientes continúen allí.