Laura Allende

Laura Allende, la hermana de Salvador, ha visitado recientemente España, donde se ha entrevistado con las personalidades políticas más importantes del país. Ella desea regresar a Chile y no otra cosa que solidaridad y apoyo a su deseo es lo que busca en su constante peregrinación por diferentes países, lejanos todos ellos geográficamente, aunque próximos en el corazón del que la viera nacer.Este deseo, que esperamos se convierta en una realidad, puede contemplarse bajo una doble vertiente: la jurídica y la política, pues si bien es cierto que los tribunales chilenos pueden resolver favorablemente la cuestión, no lo es menos el papel importante que el régimen instaurado en 1973 puede jugar.

En efecto. Ante la Corte de Apelaciones de Santiago, se ha interpuesto un recurso de amparo en favor de Laura Allende, con la finalidad más arriba señalada. Se acude a los tribunales, que suelen ser siempre el lugar en que piensan encontrar refugio y cobijo los desesperados. Es siempre la Magistratura -o debiera serlo- la esperanza de los perseguidos, la garantía de los marginados y humillados, de los vencidos de hoy que, por lo que han sufrido, sin odio ni rencor pueden, y merecen, ser los vencedores del mañana.

El poder judicial chileno, en líneas generales, mantuvo una postura reticente hacia el régimen de Salvador Allende, que no persiguió a los jueces y, muy al contrario, respetó la independencia judicial. Muchos magistrados se encuentran hoy en el exilio, y ya en el documento de Justicia Democrática. Justicia y política 1973 se dedicaba un recuerdo a los colegas de Chile que se quedaron en el interior: «Compadecernos», se decía, «sinceramente a estos compañeros de profesión que, si no nos equivocamos mucho, como desearíamos, irán dándose cuenta de las escasas oportunidades que tendrán, de ahora en adelante para defender la libertad de nadie».

Pues bien. Está será, sin duda alguna, una de esas oportunidades de las que dispondrá la Magistratura de aquel país. Su resolución favorable puede dar lugar, no sólo al regreso de Laura Allende, a lo que Pinochet no parece muy propenso, sino a una auténtica reconciliación entre los chilenos y a una identificación de los tribunales con el pueblo,

Afirman los medios de comunicación que Laura Allende se encuentra enferma y que su enfermedad es seria, y que por ello desea regresar a su país. Es evidente, sin embargo, que su enfermedad no está en el cuerpo. En todo caso, su padecimiento es de amor, del amor que todo chileno siente hacia su país. Padece de chilenismo. Siente a Chile, le duele Chile, cuyo nombre viene de Chile, ave cantora que, tal vez sin saberlo, asombrada ante la impresionante naturaleza del bellísimo país, canta con sus trinos a la libertad que para él deseara Laura.

Es muy posible que los militares tiemblen ante el solo apellido de Laura y lo que el mismo significa y representa. Tal vez piensen que, con su presencia, sobrevenga la subversión. Pero es lo cierto que lo que ella desea es descansar. Necesita la medicina de Chile, ver a sus gentes, rodearse de los suyos, volver a visitar sus ciudades, pasear entre el pueblo que un día le llevó al Congreso Nacional, campesinos y obreros, respirar el aire puro a la orilla de uno de los ríos que descienden de los Andes, disfrutar de sus campos, de sus flores, de sus niños, que son la esperanza del futuro; tal vez, pasar un día por delante del Palacio de la Moneda y rendir silencioso homenaje a su hermano Salvador...¿Es que hay un argumento jurídico con mayor fuerza que el descrito que impida su regreso?

Esta es la oportunidad que tiene la Corte de Apelación. Los miembros demócratas de la Magistratura española vemos con esperanza una resolución favorable. Que el regreso de Laura sea el comienzo del regreso de todos.

Pero con independencia de la resolución de dicha Corte, la humanidad del régimen existente, una vez más, está a prueba. En castellano, la palabra Augusto se atribuye a la persona que merece respeto por su magnanimidad. El general Pinochet se llama Augusto. Ojalá que su decisión esté acorde con su nombre, aunque no hemos de olvidar que el ansiado regreso de Laura Allende a Chile, de producirse, no será un rasgo de generosidad sino de justicia.