La TV argelina difundió imágenes de la devastación en la capital de la Kabilia
La televisión argelina presentó ayer, por primera vez, una serie de secuencias tomadas en la localidad de Tizi-Uzu, capital de la Gran Kabilia, parte de la cual aparecía devastada y con signos de haber sido el escenario de duros enfrentamientos, informa nuestro corresponsal en Argel Manuel Ostos. Uno de los «agitadores», según el término empleado por el citado medio, un joven de veintiocho años, llamado Abut Arezki, fue presentado en el mismo programa.
Arezki implicó a un abogado de nacionalidad francesa, Ali Yahia, quien había sido condenado, en 1976, como presunto autor de un atentado, en Argel, contra los locales del diario El Mudjahid, y liberado posteriomente, como uno de los instigadores y «manipuladores» de la rebelión estudiantil beréber.Según Arezki, detenido por los servicios de seguridad argelinos dentro del recinto universitario de Tizi-Uzu, éste había trabado conocimiento con Yahia, en París, a donde había acudido a obtener una bolsa de estudios. El abogado le habría dado instrucciones para copiar, redactar y distribuir, posteriormente, en Argelia una serie de panfletos, en los que se ataca al Frente de Liberación Nacional argelino.
Saqueos
Escaparates saqueados, autobuses calcinados, calles repletas de escombros, éstas son las escenas que han podido ver los argelinos en la pequeña pantalla después de que, durante tres días, los estudiantes de Tizi-Uzu desafiasen a las fuerzas de seguridad, informa el enviado especial de Le Monde a Tizi-Uzu, capital de la Gran Kabilia, Dominique Pouchin.El citado enviado especial informa que las imágenes deliberadamente insistentes sobre los daños causados en la ciudad por «agitadores manipulados» pueden haber suscitado la indignación de los argelinos, pero también constituyen un testimonio sobre la violencia y la amplitud de los enfrentamientos.
La luz verde dada a los medios informativos para informar en el sitio sobre los acontecimientos indica, en cualquier caso, que el Gobierno argelino considera que ha recuperado el control de una situación que, según se admite con discrección, había llegado a escapársele de las manos. De hecho, los dos últimos días han transcurrido sin incidentes, aunque la ciudad está lejos de haber recuperado su animación habitual y permanece aislada del resto del país.
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