La crisis del Gobierno se retrasa y podría complicarse
La vicepresidencia para Asuntos Autonómicos, que desempeñará José Pedro Pérez-Llorca tras la remodelación del Gobierno, será un área de decisiones muy reforzada, tanto en competencias como en personas. Aunque algunos de los cargos relacionados con ella estaban aún en juego, su estructura se encuentra, prácticamente, cerrada desde el martes. Sin embargo, a última hora de la tarde de ayer todas las impresiones coincidían en que la solución de la crisis vuelve a retrasarse, al surgir nuevos problemas en el área económica, así como protestas de algunos sectores de UCD.
El esquema existente ayer -que varía cada día, al compás de los acontecimientos- diseña la nueva vicepresidencia como área encargada de las autonomías, el desarrollo de la Constitución y todos los asuntos de la política territorial del Estado -casi un superministro del Interior-. La idea existía desde la pasada Semana Santa, al parecer con pleno apoyo del vicepresidente Abril.Esta vicepresidencia contará con el Ministerio de la Presidencia y varias secretarías de Estado. Entre estas, sería de nueva creación la de Relaciones con las Cortes, para la que son candidatos Gabriel Cisneros, actual secretario general con el mismo cometido, y Antonio Faura, secretario del Grupo parlamentario de UCD en el Congreso. También podría crearse una nueva secretaría de Estado encargada de la política municipal, apartado este que va a ser muy reforzado y del que podría hacerse cargo Sebastián Martín-Retortillo.
Uno de los candidatos más cualificados a nuevo ministro de la Presidencia es Juan Antonio Ortega y Díaz-Ambrona, hasta ahora secretario de Estado para el desarrollo constitucional. Al ser consultado sobre esta posibilidad, Ortega manifestó que no está informado sobre el particular.
Sin embargo, todo este esquema podría verse complicado a última hora con un desplazamiento en la secretaría general de UCD. Fuentes competentes informaron a EL PAIS que el presidente del partido, Adolfo Suárez, podría poner en marcha el mecanismo para la sustitución de Rafael Arias-Salgado, proponiendo otro candidato en la reunión que el consejo político centrista debe celebrar la semana próxima.
El nuevo secretario general sería entonces el actual ministro de Trabajo, Rafael Calvo Ortega, que de este modo se convertiría en el gestor del próximo congreso del partido en el poder. En su cometido actual, le sustituiría Gerardo Harguindey, mientras que Arias-Salgado encajaría en la vicepresidencia de Pérez-Llorca, probablemente como ministro de la Presidencia.
Este tema de la secretaría general es uno más de los que ha provocado que la remodelación, que el martes se daba prácticamente por cerrada, se haya abierto de nuevo e incluso es posible su ampliación. En relación con ello, ayer se recogía entre los colaboradores más próximos del ministro Pérez-Llorca cierta contrariedad ante el retraso de la salida, cuando el tema por este lado estaba resuelto. El presidente Suárez se entrevistó ayer de nuevo, por la tarde, con Pérez-Llorca. Asimismo se comentó una posible entrevista con Arias-Salgado, aunque este dato no pudo ser confirmado.
De nuevo, problemas en la economía
Por otra parte, ayer volvieron a surgir nuevas especulaciones en el sentido de que existen perturbaciones en el área económica, que al principio de la crisis suscitó los principales problemas, al pedir los socialdemócratas de Francisco Fernández Ordóñez el relevo en este cometido del vicepresidente Fernando Abril.Las especulaciones iban en el sentido de que los ministros de Industria y Energía, Carlos Bustelo; de Economía, José Luis Leal, y de Comercio, Juan Antonio García Díez, podrían haber planteado al presidente Suárez sus reservas sobre la marcha actual de la dirección económica, reservas que afectarían a la propia continuidad de Abril en la vicepresidencia económica. Sin embargo, José Luis Leal desmintió rotundamente a EL PAIS que existiera tal disidencia respecto a Fernando Abril.
Este último estuvo toda la tarde de ayer en el Congreso, y al ser abordado, declinó todo comentario.
Según apuntan otras fuentes, una posible salida sería someter a renovación también el área económica del Gobierno, en cuyo caso se buscarían personas de alta cualificación técnica y política.
Preocupa la votación catalana
Otra fuente de perturbación, de acuerdo con medios centristas, sería el disgusto con que en diversos sectores de UCD se ve el gran ascenso de Pérez-Llorca, quien no aparece adscrito a ninguna de las familias tradicionales del partido. El propio Arias-Salgado participaría de ese disgusto.No todo lo relacionado con el reajuste del Gabinete está circunscrito a Madrid. En este sentido, fuentes de la máxima solvencia apuntaban ayer que preocupa seriamente la votación a la que Jordi Pujol habrá de someterse hoy en el Parlamento catalán.
Algunos diputados centristas no estaban dispuestos a dar su voto y éste sería necesario para que Pujol consiguiese la mayoría, necesaria todavía en esta segunda votación. El tema tiene trascendencia, no sólo por la debilidad de origen que arrastraría el Gobierno Pujol, sino porque el compromiso interno con Esquerra Republicana parece que alcanza sólo a esta segunda votación y Heribert Barrera tendría las manos libres para estudiar otra solución de gobierno. Todos estos factores, junto a la lucha interna de UCD, configuraron ayer un clima de tensión entre los parlamentarios centristas y en los altos cargos de la Administración.
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