Schmidt exige requisitos para viajar a Moscú
El canciller de la República Federal de Alemania, Helmut Schmidt, viajaría a Moscú «si se diesen determinados requisitos», dijo ayer a la prensa el portavoz oficial del Gobierno de Bonn, Klaus Boelling, quien distinguió semánticamente entre «requisitos» y «condiciones».Sobre condiciones para este viaje del canciller comentó que no había oído decir nada a ningún miembro del Gobierno. Según Boelling, sin estos «requisitos» el viaje sería desatinado. El portavoz consideró sobreentendido el que Hans Dietrich Genscher, ministro de Asuntos Exteriores, acompañaría a Schmidt en el caso de que fuese posible el viaje.
Los conservadores atribuyen a Herbert Wehner, jefe de la fracción socialdemócrata, y no a Genscher, el haber «recuperado» la invitación de Leónidas Breznev a Schmidt, extendida en mayo de 1978 con ocasión de la visita del jefe del Estado soviético a Bonn.
A seis meses de las elecciones generales alemanas, Wehner no podía quedarse esperando que la crisis remitiese y parece haber tomado la iniciativa. Pero conservadores, liberales y socialdemócratas parecen ser conscientes de que el resultado de este viaje decidirá en buena medida la reelección de Helmut Schmidt y la continuidad de la coalición social liberal por otros cuatro años.
Un paso en falso, como lo sería un viaje sin resultados tangibles o un recrudecimiento de la situación por parte de Moscú, se traduciría en munición de la Democracia Cristiana contra la «ostpolitik en una sola dirección».
Cuando aún el viaje de Schmidt a Moscú está incluso pendiente de confirmación, de fecha y de «requisitos», otra visita no confirmada tampoco suscita nuevas esperanzas en Bonn, dentro del clima cauteloso dominante en la capital federal. Aunque el Ministerio alemán de Asuntos Exteriores manifestó ayer tan sólo que conoce los inevitables rumores sobre una próxima visita de Andrei Gromiko, ministro soviético de Asuntos Exteriores, a Bonn -y añadió que no hay nada previsto en este sentido-, se afirma aquí la impresión de que, en plena crisis internacional, al menos se reanudan los contactos entre los dos bloques después de tres meses de distanciamiento. La crisis se inició tras la inesperada visita de Gromiko a Bonn en noviembre pasado. Entonces el ministro manifestó a los periodistas que Moscú no negociaría sobre la retirada de misiles de mediano alcance bajo presiones occidentales. Ahora el problema es la retirada de tropas de Afganistán, con «presiones» perfectamente definidas.
Según los rumores a que aludíamos, Gromiko visitaría ahora, además de París y Bonn, Madrid, Bruselas y otras capitales europeas no especificadas. Este periplo se relacionaría, como objetivo lato, con la próxima Conferencia de Seguridad y Cooperación de Madrid, y, a corto plazo, con un intento efectivo soviético de impedir un deterioro mayor en la situación mundial, tras el anuncio de medidas norteamericanas.
Por su parte, el propio canciller Schmidt informó en la noche del viernesa la prensa que es posible una pronta entrevista con el secretario general del Partido Socialista Unificado (PSU, comunista) de la República Democrática Alemana, Erich Honecker. Tras sus entrevistas con Guenther Mittag, responsable económico de la RDA, Schmidt declaró que consideraba «de gran importancia» un diálogo con Honecker.
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