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Edades límite para los destinos militares y nueva situación de reserva activa hasta llegar al retiro

El Consejo de Ministros acordó ayer, a propuesta del ministro de Defensa, Agustín Rodriguez Sahagún, el envío a las Cortes de tres proyectos de ley que suponen una sustancial modificación respecto a la composición y realización profesional de las Fuerzas Armadas en los próximos años. Un proyecto que afecta a los tres ejércitos crea la situación de reserva activa y fija nuevas edades de retiro. Los otros dos se dirigen sólo al Ejército de Tierra y establecen un nuevo sistema de clasificación de mandos y de ascensos en la línea que ya lo tenían el Ejército del Aire y la Armada y los más importantes ejércitos extranjeros y una reorganización de la escala de suboficiales y la escala especial.Según declaraciones oficiales, se trata de la reorganización más importante para las Fuerzas Armadas en todo lo que va de siglo, y el portavoz del Gobierno, Josep Meliá, la calificó ayer, repetidas veces, ante los informadores, de «trascendental», a la vez que señalaba que el primero de los proyectos trata, sobre todo, de que sea posible contar con un Ejército «menos dependiente del escalafón y de la pura inercia biológica».

La información oficial facilitada señala que se trata de proyectos de ley que «en su día fueron objeto de análisis por los consejos superiores de los ejércitos, las diversas capitanías generales y la Comisión Interejércitos de Personal», y que « culminan un importante esfuerzo, sumamente esperado entre los mandos de nuestras Fuerzas Armadas, que va a permitir un rejuvenecimiento de nuestros ejércitos y el desarrollo de una política de personal que facilite situar el hombre adecuado en el puesto adecuado».

El primero de los proyectos crea la situación de reserva activa, la cual, se informa oficialmente, «sin implicar obligatoriamente el abandono de la actividad militar, es un puente en el que, con la menor repercusión económica, se permanece desde que se alcanza la edad considerada como límite para permanecer en destinos operativos hasta alcanzar la de retiro, que se iguala, de acuerdo con una vieja aspiración, a la que rige, en los correspondientes niveles, en la Administración del Estado».

Además, el actual criterio rígido de ascensos por rigurosa antigüedad quedará parcialmente modificado al introducir el concepto de clasificación, que permitirá -prosigue la misma información- orientar las carreras de quienes componen los cuadros hacia aquellas funciones y destinos más apropiados a su capacidad y aptitudes, impulsando a los más idóneos y completando el proceso de promocionar a los que hayan de alcanzar los puestos de mayor responsabilidad.

Se añade que la conjunción de los dos aspectos -reserva activa y clasificación- hará desaparecer «la frustración y el desgaste derivados de la larga permanencia en empleos y destinos no siempre adecuados a la formación que se ha recibido».

El proyecto que modifica las escalas especial y básica introduce algunas modificaciones, como reducir el tiempo mínimo de efectividad para el ascenso a capitán, aumenta las posibilidades de ascenso, amplía a los suboficiales de todas las escalas la posibilidad de ingreso en las oficinas militares, establece plazas reservadas para ingreso en los cuerpos de funcionarios civiles al servicio de la Administración militar y se respeta los derechos adquiridos en las escalas declaradas a extinguir.

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Clasificación de mandos y ascensos

La ley de Clasificación de Mandos y Ascensos establece los principios básicos que han de regir el sistema de ascensos de los cuadros de mando de las diferentes escalas. Supone una importante innovación con respecto al sistema actual, y busca como principales objetivos:- Que las diferentes funciones sean desempeñadas de acuerdo con la idoneidad de cada uno y que los puestos de mayor responsabilidad se alcancen por los más aptos.

- Que los tiempos de permanencia en los empleos y, en consecuencia, las edades normales de alcanzarlos sean los adecuados a la actividad a desempeñar en ellos.

- Que se mantenga permanentemente en los componentes del Ejército un afán de continuo perfeccionamiento y un espíritu de sana emulación.

El primer objetivo se consigue mediante un sistema de clasificación selección, que aplicado en diferentes momentos de la carrera, según escalas, y superpuesto a criterios de rigurosa antigüedad, permitirá acomodar a cada individuo -asegura la información oficial- a las funciones- para las que es más apto e ir definiendo progresivamente a quiénes estarán llamados a ocupar los más altos puestos. Esta clasificación no implica diferente posibilidad de ascenso, salvo para los últimos empleos de las escalas.

A cargo de ella estará una junta de clasificación, cuya composición normativa de actuación será objeto de disposiciones posteriores. Será criterio de clasificación fundamental la ejecutoria profesional de cada individuo, complementada con los cursos de aptitud y capacitación que convenga exigir. Se da especial énfasis a la aptitud psicofisica, según edad y función.

El segundo objetivo se asegura mediante un sistema regulado de ascensos, que combina, según empleos y escalas, el ascenso por tiempo de efectividad, por ocasión de vacante o por elección.

El ascenso por tiempo de efectividad establecido para determinados empleos asegurará, junto con otros mecanismos de regulación, que los empleos y en especial los superiores se alcanzan en los óptimos establecidos, en línea con los correspondientes a un ejército moderno y eficiente.

Para la perfecta regulación de las escalas y agilización de las mismas -siempre según la misma información oficial- se establece en algunas de ellas (Escala Activa de las Armas y Cuerpos) unos tiempos máximos de permanencia.

Con todo ello se pretende, en el menor plazo que permita la situación- actual y sin detrimento del normal desenvolvimiento de las actividades del Ejército, alcanzar los objetivos propuestos, para intentar superar algunos de los inconvenientes puestos de manifiesto con el sistema actual, de los que los más importantes son:

- Falta de regulación de las escalas con el consiguiente inmovilismo de las mismas, envejecimiento de los empleos con tendencia a agravarse.

- Escasos incentivos y estímulos de superación a lo largo de la carrera de oficial, al estar las posibilidades, prácticamente, basadas en parámetros de edad.

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