Más de 500 cubanos, refugiados en la embajada peruana en La Habana
La situación del medio millar de ciudadanos cubanos refugiados en las embajadas de Perú y Venezuela en La Habana parece bloqueada tras la decisión, tomada en la noche del viernes al sábado por el Gobierno de Fidel Castro, denegar salvoconductos a las personas que penetraron por la fuerza en los locales diplomáticos.
Desde principios de enero hasta ayer más de quinientas personas han penetrado en la cancillería peruana y otras quince en la embajada de Venezuela.Tres personas, entre ellas un policía, han perecido en el curso de los enfrentamientos armados desencadenados con motivo de estos incidentes.
La medida del Gobierno cubano, acompañada de la retirada de la policía de guardia alrededor de la sede diplomática, permite albergar la mayor incertidumbre sobre la suerte de los refugiados.
Irritadas por la muerte de un policía, víctima, el martes, de una bala perdida, cuando seis cubanos penetraron en la misión diplomática tras derribar la verja de entrada con un autobús, las autoridades cubanas dejan así sin protección a los diplomáticos de esta cancillería.
Por de pronto, veinticuatro horas después de que las autoridades cubanas hicieran efectivo el anuncio de la retirada de los puestos de la policía cerca del recinto diplomático, continúan saltando en el interior grupos de mujeres, niños y hombres. En total, un centenar de niños y más de cien mujeres se encuentran ahora en el recinto diplomático.
La negativa de Cuba de otorgar salvoconductos a los refugiados se basa, según una declaración del Gobierno revolucionario de Cuba publicada el viernes por el rotativo Granma en que ninguno de los cubanos asilados «está implicado en problemas políticos».
El desacuerdo entre Cuba y los Gobiernos de Perú y Venezuela procede de una interpretación divergente de las convenciones sobre el derecho de asilo en Latinoamérica.
Tras la primera irrupción de un grupo de doce cubanos en la cancillería peruana, el 17 de enero último, el Ministerio de Asuntos Exteriores había publicado un comunicado en el que se negaba a reconocer el derecho de asilo diplomático para los «no políticos». En opinión de La Habana, Perú y Venezuela «han optado por acoger a aquellos que violan la inmunidad diplomática».
Caracas y Lima estiman, por su parte, que el carácter del asilo sólo puede ser definido por el país que acoge, sin intervención del Estado donde se ha producido la petición de asilo.
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