Normas urbanísticas para proteger el centro de Salamanca
Una serie de normas de carácter cautelar y transitorio, propuestas por los técnicos convocados por el Ayuntamiento para estudiar los problemas urbanísticos de Salamanca, puede devolver la normalidad a la actividad constructora en la zona del casco urbano de la ciudad. Sin embargo, los criterios de aplicación en el área de ensanche necesitan estudiarse con mayor detención. La Corporación municipal suspendió la concesión de licencias de obra e informaciones previas para construir hace ya un mes.El caos urbanístico de Salamanca fue denunciado hace varios meses por la asociación de vecinos del barrio Garrido, el más populoso de la ciudad. La citada asociación ha afirmado que toda su barriada, en la que habitan más de 25.000 personas, está construida de forma ilegal. Mientras la asociación defiende que la única normativa vigente para regular el urbanismo de la ciudad es la establecida por el plan general de 1966, el Ayuntamiento explica que en esta materia existen en Salamanca diferentes normas superpuestas, que han dificultado la aplicación de unos criterios definidos.
Así, además del mencionado plan general y la ley del Suelo, en Salamanca estarían en vigor el plan Paz Maroto, en lo que se refiere a alineaciones, sobre todo, y diferentes planes parciales y de detalle. También en el barrio antiguo, pese a su carácter de conjunto histórico artístico, se producen frecuentes discrepancias entre el plan parcial del recinto universitario y el denominado plan Pulin, lo que ha inducido a la comisión provincial del Patrimonio a adoptar una decisión similar a las del Ayuntamiento. Hasta ahora la solución se fiaba a la aprobación del Plan Comarcal de Salamanca y el plan piloto de la zona antigua y monumental, ambos actualmente en ejecución. Sin embargo, al comprobar la posible irregularidad de ciertos criterios que se venían aplicando, el Ayuntamiento paralizó la concesión de licencias de obra y convocó al Colegio de Arquitectos, al equipo redactor del Plan Comarcal, al ministro de Obras Públicas y Urbanismo, a los técnicos municipales relacionados con el urbanismo y el derecho y a la Asociación Empresarial de la Construcción para estudiar el tema. En estas reuniones, tras corroborar el incumplimiento de algunas normas establecidas en los planes en vigor, se debatieron los criterios que deberían aplicarse para evitar el confusionismo actual.
Lo más sorprendente es que, según la oficina de prensa del Ayuntamiento, los técnicos municipales, los redactores del Plan Comarcal, que han revisado precisamente el Plan General, y el Colegio de Arquitectos desconocieran hasta hace escasas fechas una serie de disposiciones previstas en el Plan General de 1966, que no han sido., aplicadas en Salamanca, pese a que afectan de manera sustancial a toda la zona del casco urbano, ya que pueden alcanzar una significativa incidencia en la zona de ensanche en cuanto a ordenación de volúmenes.
Esta podría ser la razón de que, como ha denunciado la asociación de vecinos de Garrido, este barrio haya alcanzado el doble de la densidad que le correspondería: de que posea 6.000 metros cuadrados de parque frente a los 115.000 a que tendría derecho; de que sus 4.000 escolares tengan un déficit de 17.285 metros cuadrados en centros educativos y de que hayan construido 132.000 metros cuadrados destinados a zonas verdes. De esta situación la asociación ha responsabilizado al Ayuntamiento, ha culpado a la actual Corporación, sobre todo, pese a que los problemas parten de hace catorce años y, en menor medida, a las autoridades provinciales y al Colegio de Arquitectos.
A partir de ahora, en las inevitable acciones de sustitución que deben realizarse en el área considerada como recinto histórico-artístico diferente del barrio antiguo y monumental, se respetarán como norma general las alineaciones, e incluso la parcelación actuales y los volúmenes y número de plantas se ajustarán a la edificación anterior. En el resto del casco, en el que el 50% de los edificios tienen menos de veinte años, se mantendrán asimismo las alineaciones y los volúmenes y alturas se establecerán de acuerdo con la media de la manzana.
Los criterios que se aplicarán en la zona de ensanche aún no han sido definidos y se precisarán nuevas reuniones para hacerlo. La forma de aplicación de los volúmenes autorizados, las áreas que cabe distinguir en la zona y la diferente normativa a emplear. La comprobación de la vigencia de determinados planes parciales y el pronunciamiento del MOPU sobre el tema deben anteceder a una propuesta que elaborará el Ayuntamiento y que antes de su entrada en vigor será debatida por todos los organismos implicados. Hasta entonces no se habrá resuelto el problema de la construcción en Salamanca, porque esta zona es, lógicamente, la más apta para acoger nuevas edificaciones.
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