La economía española está condenada por este año al estancamiento y la inflación
En 1980 la economía española está expuesta a continuar atascada en la estaflación (estancamiento económico acompañado de una fuerte inflación) que sufre en la actualidad. Asimismo la posición de su balanza de pagos podría debilitarse notablemente. Estas son, al parecer, las dos conclusiones más importantes del informe anual sobre nuestro país elaborado por la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), que se hará público la próxima semana en París.
En la parte preliminar de su informe, la OCDE señala que, como consecuencia del «vasto programa» elaborado en el segundo semestre de 1977, hasta finales de 1978, se realizaron «progresos sustanciales» en el camino «de un reequilibrio de la economía que permitiera una expansión más duradera de la producción y del empleo».Pero en 1979, contra lo que se esperaba, la actividad languideció y el desempleo continuó aumentando.
Habiéndose acelerado de manera general la subida de precios en la zona de la OCDE, «la inflación no disminuyó en España».
La balanza exterior fue excedentaria durante la mayor parte del año.
Las grandes orientaciones para el año 1980 están trazadas en el programa a medio plazo presentado por el Gobierno en agosto.
«Parece bastante probable», añade el texto, «que, a causa de la notable baja previsible del crecimiento de la economía mundial, debido al impacto deflacionista del alza del precio del petróleo y a las restricciones de la política económica en la mayoría de los otros países miembros, el contexto internacional será menos favorable.»
La orientación de la política económica interna «será quizá un poco más expansionista que en 1979, pero, debido a la fuerte degradación previsible de los términos del intercambio, la economía española está expuesta a continuar atascada en la estaflación.
En las previsiones a corto plazo, el documento de la OCDE señala que «en estos últimos años se han realizado importantes progresos en el camino de la creación de un contexto institucional y socioeconómico apropiado, el cual debe permitir a España afrontar en mejores condiciones el desafío de los años ochenta».
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Difíciles perspectivas para la economía española en 1980, según la OCDE
(Viene de primera página.)
Según el informe, el «proceso de ajuste de la economía española desde la primera crisis del petróleo, la de 1973-1974, aparece bastante laborioso».
Recuerda a este respecto la OCDE los problemas de la degradación del contexto internacional, la necesidad «que la herencia del pasado» imponía de proceder a reformas fundamentales en el terreno de las instituciones y en el plano político, así como el retraso del Presupuesto de 1979, tras lo cual hace hincapié en «las incertidumbres engendradas por las diversas consultas electorales, así como otros factores, no económicos, que «tuvieron probablemente repercusiones desfavorables sobre las anticipaciones y los planes de inversión de las empresas».
Entre los factores puramente económicos que acentuaron en España las dificultades del proceso de a.juste «hay que citar, en primer lugar, la importancia del giro que representaba el paso de un porcentaje de crecimiento rápido a otro mucho más moderado» y «la aparición de un excedente de capacidades industriales». Además, España pertenecía «al grupo de países con excedente de mano de obra».
Como España no puede, «por múltiples razones», dejar su economía atascada en la estaflación «conviene preguntarse cómo podrá obtenerse en 1980 cierta reactivación de la producción que permita remediar el problema del desempleo al mismo tiempo que se consiga una evolución más favorable de costos y precios».
En lo que respecta al déficit de la balanza exterior previsto para 1980, «no debería ejercer presiones verdaderamente molestas sobre la política de la regulación de la demanda».
Después de todas estas consideraciones, la OCDE llega a la siguiente conclusión:
«La moderación de la evolución de las rentas nominales es indispensable para que la economía española pueda salir de la estafiación actual, pero no basta.»
«Se necesita támbién que aumente la productividad, que se incrementen las inversiones y que se modifique profundamente la propia estructura de la producción, adaptándose a los cambios de estructura de la demanda interior y extranjera.»
«Ciertos signos indican que la inversión productiva privada podría iniciar una reactivación autónoma, que la política monetaria y crediticia podría alentar más fácilmente si la presión de los costos salariales se atenuara.»
« A plazo medio, la urgente puesta en práctica del Plan Energético Nacional y del programa de reforma del sistema financiero debería contribuir a modificar la infraestructura material y el marco institucional en un sentido favorable a la realización de un crecimiento más rápido y más duradero de la economía nacional.»
«Esto debería implicar, no una reducción del papel del sector público, sino sólo la adopción de métodos globales de gestión económica de conjunto, más eficaces que las intervenciones y reglamentaciones directas y puntuales»
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