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El secuestro, método para la leva de indios en Guatemala

La leva de indios para el servicio militar en Guatemala se lleva a cabo, dos veces al año, por el método poco convencional de cazarlos como si fueran animales.El diario The Washington Post informa que los militares guatemaltecos, con la ayuda y guía de sus comisionados locales, emprenden la tarea de reclutar indios a la fuerza, y para ello cercan los sembrados de maíz, se apostan a la salida de la iglesia cuando termina la misa o irrumpen repentinamente en el mercado de los distintos pueblos y localidades en los que viven los indios.

El artículo, fechado en Guatemala, indica que una vez aprehendidos, por el método que sea -tomándolos por los cabellos, de sus fajas ricamente bordadas o enlazados con cuerdas-, los jóvenes indios son trasladados a la cárcel local, y luego de ser sometidos a servicias y mantenerlos varios días sin comer, los trasladan a los cuarteles, a cientos de kilómetros de donde fueron secuestrados.

Con un promedio de cincuenta o sesenta indios reclutados de este modo por localidad, los aborígenes pasan a formar las dos terceras partes de los casi 11.000 soldados del Ejército que dirige el general Romeo Lucas García y su Gobierno.

Más de la mitad de la población de seis millones de habitantes de Guatemala son indios, y las familias de los reclutados bajo el método del secuestro se pasan buscando por todo el país el paradero de sus hijos. Para lograr su libertad también pagan rescates, para lo cual deben desprenderse de lo más sagrado que poseen: la tierra.

Los prestamistas y usureros que proveen de dinero a los indios a cambio de la garantía de sus tierras, finalmente se quedan con ellas.

Lavado de cerebro

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Pero la cultura india, que da primacía a la veneración de la naturaleza de sus mayores, también se ve amenazada porque el «Ejército de los blancos» no sólo secuestra a sus hijos, sino que además los educa y entrena para que se vuelvan en contra de los de su raza.Los indios no habían tomado partido nunca en los problemas políticos de Guatemala, pero en los últimos cinco años, el Gobierno militar de ese país -considerado por los grupos defensores de los derechos humanos del mundo como uno de los regímenes más represivos de Latinoamérica- ha agudizado su represión contra los indios y éstos han comenzado a reaccionar.

Recientemente, en Olintepec, las mujeres del mercado rechazaron a pedradas al Ejército cuando éste vino a llevarse a sus hijos. En San Miguel, cientos de hombres y mujeres silenciosamente rodearon a los soldados hasta que éstos accedieron, ante el peligro, a irse.

Los indios reclutados por el Ejército aprenden a « leer, escribir y matar» después de los treinta meses que pasan en el servicio militar obligatorio, dicen muchos de los que han finalizado su etapa militar.

El Ejército guatemalteco ha refutado las acusaciones y sostiene que «forman parte de la campaña internacional contra Guatemala. El asunto es que el servicio militar es obligatorio y cuando se llama a la gente a cumplirlo y no acude, se va a por ellos», dijo el mayor Edgar Domínguez, del departamento de Relaciones Públicas del Ejército.

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