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Tensión en el País Vasco francés ante los últimos atentados independentistas

El movimiento separatista y clandestino del País Vasco francés Ipartarrak (Los del Norte) desmintió ayer haber intentado asesinar a la mujer del subprefecto de Bayona, señora Biacable, cuando dos de sus militantes colocaron el miércoles en su coche la bomba que, por un error en su manipulación, explosionó y mató a los dos jóvenes en el momento en que la depositaban en la rueda de repuesto. El incidente, de todas maneras, «nos inspira interrogaciones dramáticas y revela los efectos de la democracia falseada practicada por el poder central con nuestro país», declaró a EL PAIS el nacionalista vasco y director del semanario Enbata, Jean Claude Abeberry.

Un comunicado de Ipartarrak explicó ayer las intenciones que motivaron su atentado del pasado día 26 del mes en curso contra la esposa del subprefecto de Bayona. Conviene recordar que los dos jóvenes militantes, Ramón Arruiz (nacido en Pamplona, pero nacionalizado francés) y Dominique Olhagaray, murieron al explosionar la bomba que colocaban en el coche de la señora Bicabe, situado en el patio del hospital en el que trabaja esta última. Era la primera vez que el grupo clandestino abandonaba su estrategia de los atentados contra los edificios o instalaciones públicos para atacar a las personas. Este último paso hacia la violencia cruenta, desconocida en Euskadi Norte, creó un clima tenso entre la población. Pero ayer Ipartarrak explicó sus intenciones.El día anterior, también Ipartarrak había reivindicado otro atentado contra una estación. La policía, durante las últimas 48 horas, ha multiplicado las pesquisas en la región e interpeló a dieciocho supuestos militantes vascos, que ayer aún mantenía en detención preventiva. Estas investigaciones le permitieron a la policía descubrir armas y explosivos en un chalé de Guetary. En Ustaritz, otra localidad del País Vasco, los gendarmes encontraron plástico en abundancia y detonadores en el domicilio de Marie José Alfaro, amiga de Ramón Arruiz.

Todos estos acontecimientos replantean de nuevo el caso del País Vasco francés, al que, por su parte, las autoridades de París no le reconocen entidad por estimar que es únicamente el problema de un grupo minúsculo de descarriados. Los representantes electos de la región han convocado una manifestación en Bayona para el próximo día 31 «contra la violencia en el País Vasco francés».

El director de la revista abertzale Enbata, Jean Claude Abeberry, por otra parte, ha sido inculpado por difamación contra la policía. La denuncia, del Ministerio del Interior, se refiere a varios artículos que aparecieron en la publicación referida sobre el arresto y el trato, a tiros, del que fueron objeto tres militantes de Euskadi Sur hace algunas semanas en San Juan de Luz. El señor Abeberry, telefónicamente, resumió la situación actual de Euskadi Norte en los siguientes términos: «Lo que está ocurriendo estos días es consecuencia del diálogo bloqueado, o la falta de diálogo, con París. Se nos niega todo. Se niega la realidad vasca, y esto no sólo por parte del Gobierno, sino de la prensa y de todos los partidos políticos. Si se nos responde a alguna petición es con sus formas específicas de violencia. Nosotros sabemos que representamos un hecho minoritario, pero existimos y hay que tenernos en cuenta. Somos todos abertzales, pero no rechazamos una evolución lenta. Tras las elecciones en Euskadi Sur, el Gobierno central, como la prensa, parece que aún no se han enterado. Lo único que se les ocurre subrayar es que ha habido muchas abstenciones y que el problema vasco es sólo español. Por todo ello, no hay que extrañarse de que los extremismos violentos se reproduzcan de manera creciente.»

Ipartarrak es el movimiento clandestino más conocido de los tres existentes en el País Vasco francés (los otros dos son Ordago y Zin). En 1973 reivindicó su primera acción, desde entonces ha reclamado la paternidad de unos veinte atentados. Es un grupo muy minoritario, que apenas se manifiesta; se considera «paralelo» de ETA militar y lucha por «un País Vasco unido, socialista e independiente».

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