Polémica sobre la reapertura del reactor de la central nuclear de Harrisburg
La posibilidad de poner otra vez en funcionamiento la unidad número dos del complejo de reactores nucleares de la central de Three Mile Island, en Harrisburg, es objeto de serias polémicas entre la compañía eléctrica de la central y los habitantes de la zona.
Al litigio se suma la publicación de un informe preparado por el Consejo de Protección del Medio Ambiente, que denuncia la carencia de medidas serias en el sector de energía nuclear para prevenir la eventualidad de nuevos accidentes.Three Mile Island, situada en el Estado de Pennsylvania, al noreste de Estados Unidos, saltó a primera plana de la actualidad mundial el 28 de marzo de 1979, ante el peligro de una catástrofe nuclear, debida al fallo en una de las bombas que regulaban el acceso de agua al reactor. La acumulación de gases hizo temer por el estallido del reactor, con las incalculables consecuencias que podría haber producido entre los habitantes de la zona de Three Mile Island. Los técnicos consiguieron enfriar el reactor, pero no lograron limpiar completamente los gases radiactivos acumulados en su interior.
Ahora, casi un año después del incidente, la compañía Metropolitan Edison quiere volver a poner en funcionamiento el reactor, cuya inactividad ha supuesto pérdidas valoradas en mil millones de dólares (unos 67.000 millones de pesetas).
Para ello es necesario la salida progresiva del gas radiactivo krypton 85, operación que se inició la semana pasada y prosigue su camino a pesar de las protestas de los habitantes de la región, principalmente del pequeño pueblo de Middletown, unos 11.000 habitantes, el más cercano al complejo nuclear de Three Mile Island.
Unas quinientas personas protestaron contra el programa de reapertura del reactor número dos, en el curso de un coloquio público organizado por la Comisión Reguladora Nuclear. Según el doctor Bertrand Brill, uno de los asesores partidarios de la actual operación de limpieza controlada del gas krypton 85 «no supone más riesgo que el que corre un fumador a lo largo de su vida, o el de una madre embarazada que viva nueve meses en Denver», localidad de Colorado que por su altitud cuenta con un índice de radiactividad natural.
«Asesino» fue la respuesta de uno de los asistentes al tumultuoso debate.
Three Mile Island reaviva, una vez más, la polémica en torno a la energía nuclear en Estados Unidos, en un momento de campaña electoral. En realidad, excepto el actual gobernador de California, Edmond Jerry Brown, candidato demócrata con ínfimas posibilidades de llegar a la Casa Blanca se opone al desarrollo de la energía atómica. Edward Kennedy, adversario principal del actual presidente, Jimmy Carter, procura evitar el tema en los debates públicos y no es muy claro su proyecto de moratoria de dos años para la concesión de permisos de construcción de nuevas centrales nucleares. Entre los candidatos republicanos, sólo el considerado como el más liberal, John Anderson, se interroga sobre la necesidad de continuar la carrera de la energía nuclear.
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