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NAVARRA

El "informe FASA" sostiene que Jaime Ignacio del Burgo ocultó información a sus compañeros de la Diputación

El informe elaborado por la Comisión Especial de Encuesta del Parlamento Foral de Navarra. ratifica las informaciones publicadas por EL PAIS en relación con el asunto FASA, que se refieren al hecho de que Jaime Ignacio del Burgo, presidente de la Diputación Foral de Navarra, no advirtió a sus compañeros de Corporación su condición de avalista solidario, junto con otros siete consejeros de la empresa, de créditos por un importe de 57 millones de pesetas, así como su carácter de accionista de FASA, en la fecha en la que la Diputación de Navarra concedió a esta empresa un crédito puente, todavía no reintegrado a la hacienda foral, por un total de 81 millones de pesetas.

De acuerdo con los testimonios y pruebas que aporta el dossier elaborado por la comisión especial de encuesta del parlamento de Navarra, se denuncia que Jaime Ignacio del Burgo era avalista, junto con el resto de los miembros del consejo de administración de Fundiciones de Alsasua, SA (FASA), de un crédito de cuarenta millones otorgado por la Caja de Ahorros de Navarra a la mencionada empresa el 19 de julio de 1978, con vencimiento al 26 de julio de 1979. El crédito de la Caja de Ahorros de Navarra (CAN) a FASA se otorgó con prenda, es decir, con garantía de mercaderías por un valor de 46.700.000 pesetas, que FASA tenía como stocks en los almacenes de Alsasua, y de cuyas ventas debía entregar un resumen semanal a la entidad de ahorro. En caso de incumplir esta condición o de impagar el crédito, la CAN podía exigir al prestatario la totalidad del saldo deudor, del que eran fiadores solidarios los consejeros Irazoqui, Lizalza, Marquina, García Munté, Sánchez, Ronzón, Del Burgo y Arregui.De igual forma, en el informe de la Comisión de Encuesta se refleja que Jaime Ignacio del Burgo era uno de los avalistas de un crédito concedido por la Diputación Foral de Navarra a FASA, el 11 de julio de 1977, por un importe de 10.214.100 pesetas, que la empresa debería devolver en siete años, sin intereses, con los dos primeros de carencia. Sin embargo, según ha podido saber EL PAIS, la primera amortización, prevista para julio de 1979, en la qué FASA debía amortizar a la Diputación la quinta parte del crédito, no fue satisfecha por la empresa.

Por lo que respecta a la condición de accionista de FASA de Jaime Ignacio del Burgo, el informe de la comisión especial de encuesta indica que, según la declaración del corredor de comercio de Pamplona señor Jover, a mediados de mayo de 1979 éste recibió una llamada telefónica de Jaime Ignacio del Burgo, indicándole que debía formalizar la transmisión de setecientas acciones de FASA, al precio simbólico de una peseta por acción (el valor nominal era de 700.000 pesetas), si bien el corredor no pudo realizar de forma inmediata el encargo al no localizar al presidente de¡ consejo de administración de FASA ni al consejero delegado de la sociedad. Según la declaración del corredor de comercio, las acciones deberían transferirse al ex diputado foral Ignacio Irazoqui, consejero delegado de FASA. El hecho concreto es que la venta de las acciones no se realiza, según queda anotado en el libro de registros del señor Jover, hasta el 30 de julio de 1979, es decir, dos meses y medio después de la fecha en la que, según Del Burgo, éste dio la orden de transferir las acciones.

El crédito de 81 millones

El 13 de junio de 1979, Ignacio Irazoqui, en nombre de FASA, envía un escrito a la Diputación Foral de Navarra en el que solicita una ayuda excepcional de 97 millones de pesetas, que se destinarían de la siguiente manera: dieciocho millones para atender las nóminas, tres millones para pagar energía, veintinueve para atender créditos vencidos, veintisiete para avales vencidos de proveedores y otros veinte para cubrir necesidades imperiosas de circulante. Cinco días después, la Diputación celebra una sesión ordinaria, en la que figura, entre otros asuntos a tratar dentro del orden del día, la «solicitud de ayuda formulada por FASA».Según consta en el acta de sesiones de la Diputación, y así lo refleja el informe de la comisión especial de encuesta del Parlamento de Navarra, el señor Del Burgo se ausentó del salón de sesiones antes de que se debatiera el tema, «debido a las relaciones que le unieron con FASA, relaciones que en el momento presente no existen, por cuanto presentó su renuncia al cargo de consejero, e incluso formalizó la transmisión de las acciones de dicha empresa de las que era titular». Sin embargo, en aquella fecha, cuando la Diputación concede a FASA un crédito puente, que más tarde se fija en 81 millones de pesetas, Del Burgo era avalista de la sociedad ante la Caja de Ahorros y ante la Diputación Foral de Navarra, así como accionista de FASA.

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Con la ausencia de Del Burgo, los restantes diputados forales acordaron manifestar a FASA que, en el supuesto que la CAN acordara conceder un préstamo a la mencionada empresa, la Diputación anticiparía de forma inmediata el importe del crédito, que sería integrado a la corporación foral directamente por la CAN. Dos días después, el 21 de junio de 1979, la Caja de Ahorros de Navarra acuerda conceder a FASA dos créditos, por un importe de 81 millones de pesetas. Según el acuerdo de la CAN, un crédito de 45 millones se destinaba a cancelar otro anterior, en el que figuraba como avalista Del Burgo, y el de 36 millones de pesetas a cancelar otro crédito hipotecario de FASA con la CAN, por un importe de quince millones de pesetas, concedido en 1975, amortizable en doce años, es decir, con vencimiento último en 1987.

La operación no llegó a formalizarse

Sin embargo, estos dos créditos todavía no se han llegado a formalizar, ya que FASA, a través del consejero delegado, Ignacio Irazoqui, cobró con anterioridad de la Diputación 81 millones de pesetas, con los que canceló los créditos de 45 y quince millones de pesetas que tenía con la CAN, y el resto, diecinueve millones, fueron a parar a la tesorería de FASA, presumiblemente para hacer frente al pago de la nómina. Para retirar de la dirección de Hacienda de la Diputación los 81 millones de pesetas, Irazoqui únicamente tuvo que presentar una copia del acuerdo de la CAN, recibiendo un talón bancario por el mismo importe.En consecuencia, desde junio de 1979 hasta la fecha presente, FASA sigue adeudando 81 millones de pesetas a la Diputación, ya que, al no firmar los créditos de 45 y 36 millones con la CAN, esta entidad no ha devuelto la misma cantidad a la Hacienda de Navarra. De igual forma se deduce que, a pesar de que FASA solicitó a la Diputación, el dinero para atender a unos fines concretos, lo cierto es que con 81 millones de la Hacienda de Navarra se cancelaron: un crédito hipotecario (diecisiete millones), otro personal (45 millones) y el resto (diecinueve millones) fue ingresado en la cuenta corriente de FASA en la CAN, en la sucursal de Alsasua.

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