Salvador vive una situación de preguerra civil

Por lo menos 51 personas murieron y más de cien resultaron heridas el lunes en El Salvador, en los más violentos incidentes registrados en este país centroamericano desde el derrocamiento del régimen del general Carlos Humberto Romero, el 15 de octubre pasado. Los observadores señalan que la situación en el país puede calificarse de preguerra civil. Más de 45 de ellas perecieron en el interior del país, en incidentes aparentemente no relacionados con la convocatoria de huelga general hecha por la Coordinadora Revolucionaria de Masas.

La Coordinadora es una entidad que agrupa a cuatro organizaciones marxistas que se oponen a la actual Junta Revolucionaria de Gobierno y a su programa de reformas.Entre los 58 muertos que oficialmente se han dado a conocer se cuentan cinco miembros de las fuerzas de seguridad.

Un portavoz del Ejército dijo que el «acordonamiento militar preventivo» de la universidad había rendido los resultados esperados, ya que habla impedido la « libre circulación de terroristas que usan la universidad como santuario». El Ejército acusó a la Coordinadora de ser responsable de los desórdenes y de las bajas.

Por lo menos cuatro bombas explosionaron en la capital y en tres ciudades del interior del país. Otro artefacto explosivo fue inutilizado por expertos en Santa Ana, a 67 kilómetros al oeste de San Salvador.

La bomba que explosionó en las instalaciones del Ministerio de Agricultura y Ganadería, en la capital salvadoreña, causó daños materiales de consideración en las instalaciones ministeriales

Otras tres bombas explosionaron también en locales del Ministerio de Agricultura y Ganadería, en igual número de ciudades del interior.

El Ministerio es la entidad del Gobierno encargado de conducir el proceso de reforma agraria iniciado en El Salvador el jueves día 6. El Gobierno ha expropiado por lo menos la mitad de 376 latifundios a unos 244 propietarios. Las tierras, que totalizan más de 224.000 hectáreas, serán adjudicadas a cooperativas de campesinos, que deberán explotarlas conservando las unidades de producción existentes, sin parc6 lar las propiedades.

Matanza en un latifundio

El mayor número de muertos de la jornada se registró precisamente en una de las haciendas expropiadas por el Gobierno.El comité de prensa de las fuerzas armadas dijo la noche del lunes que en la hacienda Colima, a 35 kilómetros al norte de la capital salvadoreña, un comando guerrillero había llegado a intentar apoderarse de la propiedad.

Según la información oficial, los guerrilleros habrían aprovechado el nombre de una entidad campesina para realizar nuevas elecciones de junta directiva, sustituyendo a los que habían sido electos en un proceso supervisado por el Ejército y empleados gubernamentales.

La intervención de las fuerzas armadas originó un enfrenta miento en el cual perecieron dieciocho personas.

Otros ochos muertos se registraron en las inmediaciones de Dulce Nombre de María, a setenta kilómetros al norte de San Salvador, cuando un grupo guerrillero atacó a una patrulla militar. No hubo bajas entre los militares.

En las cercanías de Suchitoto, a 44 kilómetros al noreste de la capital, doce guerrilleros y un policía de seguridad perecieron en otro enfrentamiento.

También se registraron dos muertos más en una hacienda inmediata a Suchitoto. Portavoces del Ejército dijeron que los dos eran el presidente y vicepresidente de la junta provisional nombrada para dirigir la hacienda, que también ha sido expropiada.

Otros cuatro guardias nacionales murieron en San Julián, a 56 kilómetros al sureste de San Salvador.