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Testimonios de prisioneros marroquíes ponen de relieve la desmoralización del Ejército real

La batalla librada por el Frente Polisario al sur del río Draa ha dejado en una situación precaria a los 5.000 hombres de la importante base de Zag, aislados del resto de las guarniciones marroquíes y avituallados únicamente por vía aérea. Una semana después de haber diezmado a una parte de la fuerza móvil Zallaga, los testimonios de los prisioneros marroquíes son coincidentes en cuanto a vaticinar un traumatismo serio en la oficialidad y tropas de que Marruecos dispone en el Sahara occidental y el sur del reino alauita.

En la capital argelina no se han comentado todavía las alegaciones hechas por los medios de Rabat en las que acusa a los «periodistas a sueldo de Argel» de haber deformado lo que estaría ocurriendo todavía al sur del río Draa, en una zona que se extiende de Ngueb a Zag y de Ametti a Uarkiz. En este último punto, el Polisario logró infligir el máximo de pérdidas a las tropas marroquíes pertenecientes a las columnas de Zallaga y Uhud, a quienes se les había encomendado, según una orden escrita del general Dlimi, capturada entre otros documentos, el socorrer a la guarnición de Zag a través de una operación bautizada Imán.En Argel se estima que la respuesta más convincente a los argumentos de Rabat son las impresionantes imágenes que la televisión sigue presentando aquí, en las que aparece la zona de operaciones cuajada de cadáveres marroquíes, de vehículos blindados destrozados y de cajas de municiones y otro material.

En esa misma zona, la televisión argelina entrevistó al secretario general del Frente Polisario, Mohamed Abdelaziz; al capitán marroquí Mohamed Liussi y al teniente Asttati. La presencia de Abdelaziz en territorio marroquí no contestado por el Polisario es considerada como una respuesta a la visita del rey Hassan II a Dajla. hace varios días.

Entre los testimonios más dramáticos destaca la declaración hecha por el capitán Mohamed Liuissi, de 38 años jefe de una unidad ligera motorizada DIR, integrada por 130 hombres y afecta a la fuerza Zallaga, el cual acusó a su superior inmediato, el comandante Tobji, de haber huido con su grupo de apoyo móvil, abandonando a su subordinado y los hombres bajo su mando.

« Personalmente », afirmó Liuissi a la televisión argelina, «acuso a mi comandante por la matanza de mis hombres. Sólo trece de ellos han podido salvar sus vidas al ser hechos prisioneros. Las dos unidades más grandes de las Fuerzas Armadas Reales han sido diezmadas por el Polisario. Esta batalla marca un giro decisivo en la guerra ... ; el Polisario está compuesto por hombres motivados ... ; nosotros hemos dejado de serlo ... »

Impacto desmoralizador

El citado oficial marroquí admite que la derrota de Ametti va a tener un gran impacto desmoralizador sobre el resto de sus compañeros, que, según dijo, consideran que el permanecer en las guarniciones del Sahara Occidental y el sur del río Draa por espacio de varios años representa un «castigo» al final del cual sólo hay dos posibilidades: «morir o baer prisionero ... o convertirse potencialmente en un enemigo del actual régimen ... »

Reclutas jóvenes

El fracaso de la fuerza Zallaga obedecería también, según este oficial, a que la misma está constituida por jóvenes reclutas con la matricula C, dada por el cuerpo a que pertenecen y no por el Estado Mayor, situados en lo más bajo de la gama. Aunque no lo dijo de forma clara, el capitán Liuissi acusó también a sus superiores de haberle dado el mando de estos reclutas... «a un hombre formado en la escuela militar francesa de Saint Maixent, posteriormente en la academia militar de Meknes, en Marruecos, y con una larga experiencia ulterior en las guarniciones de Zagora, Zuerzat, Bu-Craa, Guelta Zemur, Guliminia y Assa».Los medios argelinos se interrogan sobre las posibilidades de maniobra de que dispondría el Estado Mayor marroquí a la luz de lo ocurrido, en el sur del río Draa. Si Marruecos se viera forzado a abandonar al Polisario esa zona, el Frente Saharaui podría impedir todo contacto terrestre entre las guarniciones marroquíes del Sahara Occidental y el sur de Marruecos. En cuanto a la organización de una vasta ofensiva, calcada del modelo Uhud y Zallaga, ello podría llevar a Marruecos a sufrir nuevas pérdidas, colocando en una posición harto difícil al propio rey Hassan II y a los oficiales más altos de sus fuerzas armadas.

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