El Gobierno italiano caerá antes de Semana Santa

Habrá crisis de Gobierno en Italia antes de Semana Santa. Lo han decidido casi al mismo tiempo los socialistas y los comunistas. Los primeros, tras cinco horas de duro debate en el seno de la dirección M Partido Socialista de cuya presidencia dimitió el jueves, Ricardo Lombardi, principal exponente de la izquierda del PSI. Por unanimidad los dirigentes socialistas votaron un documento en el que se afirma que «el Parlamento debe ser consultado sobre la situación de crisis». El Comité Central del PSI ha sido convocado para el día 20 de este mes, para elaborar «propuestas programáticas».

Por su parte, los comunistas, al término de la reunión del Comité Central, decidieron que si el presidente Francesco Cossiga no se somete estos días al voto de Par lamento para comprobar si su Gabinete goza de la mayoría parlamentaria, el PCI presentará una moción de «desconfianza» -es decir de censura-, contra el Gobierno. Esta ha sido la primer derrota de los nuevos dirigentes de la Democracia Cristiana que habían ya tomado la decisión de prolongar la vida del Gobierno hasta las próximas elecciones administrativas de mayo.¿Qué Gobierno?

Más que la caída del Gobierno, que tendrá lugar antes de Semana Santa, lo que preocupa ahora en Italia es cómo y con quien se podrá formar el próximo Gabinete.

La izquierda está inquieta porque teme que los democrístianos aprovechen esta incertidumbre y la división interna del Partido Socialista para provocar nuevas elecciones anticipadas. Serían las cuartas consecutivas y podrían dañar, en este momento, a la izquierda.

Esta «maniobra» ha sido denuncíada por el ex presidente de la Cámara, el comunista Pietro Ingrao, ante el Comité Central de su partido. Ingrao afirmó categóricamente que la nueva dirección democristiana tiene, en realidad, dos objetivos bien claros: ir a las elecciones y dividir a la izquierda debilitando al Partido Socialista.

Por eso los comunistas, que han reiterado su intención de permanecer en la oposición, han declarado, sin embargo, que desean mantener relaciones más estrechas con los socialistas. Más aún, los principales líderes del partido han dado a entender que la oposición podrá ser muy distinta según el tipo de Gobierno que se forme y han añadido que la solución actual es «o un Gobierno con los socialistas o apoyados por ellos, o la convocatoria de elecciones anticipadas».

La división socialista

Ante esta nueva crisis, el Partido Socialista se encuentra profundamente dividido.

La mitad del PSI rechazará un Gobierno que no sea por lo menos un primer paso hacia una política de unidad nacional que íncluya a los comunistas.

Pero en este caso, los socialistas, para que no se pueda decir que se vuelve a la fórmula del centro-izquierda, volverán a pedir la presi dencia del Consejo para «arrancar a la Democracia Cristiana después de treinta años el prota gonismo del Gobierno». Pero el nuevo secretario general de la DC, Piccoli, fue quien se opuso con mayor fuerza durante la última crisis de Gobierno, a la can didatura de Craxi a la Presidencia del Consejo. Nadie cree que haya cambiado de opinión. Por eso se habla ya de nuevos compromisos a la italiana.

Se intentará probablemente formar un Gobierno «puente» hasta las elecciones administrativas. De este modo ya se ganan otros meses. Después de las elecciones se abrirá de nuevo la crisis para abordar definitivamente la creación de un «Gobierno de legislatura», es decir «estable». Pero como esto dependerá sobre todo de los socialistas, que siguen divididos, se especula ya con un posible congreso «extraordinario» después de las elecciones de mayo, y por tanto después del verano. Por eso algunos observadores han bautizado la política italiana como la política del «aplazamiento». Y afirman que lo único que no se aplaza es el terrorismo, la inflación y el paro que está llegando ya a los dos millones.