El PSUC y la reconstrucción nacional de Cataluña

No quisiera empezar este escrito sin enviar desde la Cataluña trabajadora y autónoma un fraternal saludo a la clase obrera y al pueblo de Andalucía por la gran victoria política y moral en el referéndum por el Estatuto de Autonomía. Victoria: que no empañan ni las maniobras de la plana mayor de la gran oligarquía económica, política y centralista ni el escamoteo en las urnas de unos cuantos votos en Almería y Jaén, conseguidos a través de la votación milagrosa de los antiguos caciques y nobles de la Edad Media, que han resucitado para votar no al proceso autonómico.Que la Andalucía popular sepa que la Cataluña trabajadora y progresista está a su lado en la lucha por un Estatuto con verdadero contenido político, económico y cultural, que le sirva de instrumento para avanzar en la solución de los gravísimos problemas acumulados por siglos de incuria de las clases dominantes y por cuarenta años de explotación y opresión sin límites.

Y que el Gobierno de UCD y los intereses económicos y políticos que representa tomen buena nota de esta seria advertencia que le da un pueblo pacífico y trabajador que, junto a los demás pueblos del Estado español, quiere construir una España democrática, autonómica y solidaria, para hacer frente a los graves problemas económicos, sociales y culturales y resolverlos.

El Partit Socialista Unificat de Cataiunya va al Parlamento de Cataluña con una rica historia de lucha por la democracia, la autonomía y el socialismo. Esta historia se ha hecho con grandes sacrificios y abnegación por parte de los militantes del PSUC. En su desarrollo, la acción política de los comunistas del PSUC ha contribuido enormemente al mejoramiento de las condiciones de vida y de trabajo de la clase obrera de Cataluña, ha jugado un importante papel en la reconstrucción del movimiento obrero y sindical, liquidado prácticamente después de la guerra civil, ha sido el principal elemento de unidad de la clase trabajadora catalana, con independencia de su lengua y lugar de procedencia, y ha encabezado la lucha por la recuperación de las libertades nacionales, por la autonomía. Expresarlo así no es hacer triunfalismo o chauvinismo de partido, sino simplemente hacer que la memoria histórica no se pierda y sirva de ejemplo.

Y es a partir de esta historia, asumiendo sus contradicciones, sus insuficiencias y errores, que el PSUC aborda el presente y el futuro de Cataluña para avanzar, ahora, en el planteamiento de vías de solución para los graves problemas que nos azotan y abrir camino hacia una sociedad de progreso, hacia el socialismo y el comunismo.

Es por ello, por la historia y por el proyecto de futuro, que estamos enraizados, indisolublemente ligados a la Cataluña trabajadora, democrática y autonómica, y nada ni nadie nos marginará; ni los advenedizos, demócratas de nuevo cuño, ni los que en Cataluña se llenan la boca de libertad y autonomía y quieren levantarla y en Madrid votan con UCD y CD los planes de enseñanza antipopulares, las leyes antiobreras.

Reconstrucción nacional

El PSUC va a las elecciones con un claro programa de progreso, con la aspiración de la reconstrucción nacional de Cataluña en el plano económico-social, cultural e institucional. Reconstrucción nacional que no será posible si la clase trabajadora, los campesinos, los pequeños y medianos empresarios, los trabajadores autónomos, los profesionales, no tienen un peso fundamental y decisivo en la vida del país. Una reconstrucción nacional que no será realizable si los trabajadores no encabezan, a través de su representación en el Parlamento, pero también en las distintas organizaciones sociales y de masas, el proceso, y le dan su verdadero contenido de progreso.

Y el PSUC va a estar fundido, como siempre lo ha estado, a esta clase obrera y trabajadora que es la espina dorsal, la más nacional de las clases de nuestro pueblo, tanto por la aportación decisiva que hace con su trabajo en la creación de toda la riqueza, como por ser la más consecuente defensora de los derechos políticos, sociales, culturales y nacionales.

Una clase obrera y trabajadora, que, expresándose en catalán, castellano o en otra lengua, es una única clase con los mismos intereses y derechos, con los mismos proyectos democráticos y sociales de justicia y progreso.

Una clase obrera que sabe cada vez más exactamente quién encabeza con más fuerza la lucha por su emancipación social y nacional. Que sabe que cuando el PSUC habla de autonomía esta autonomía tiene sustanciales diferencias en lo económico-social, en lo cultural, en lo político, que cuando hablan de autonomía la derecha y el «centro». Que sabe que la reconstrucción nacional, de Cataluña se hace cada día en los movimientos sindicales y ciudadanos para evitar la liquidación de más y más empresas, en la lucha contra el paro, en la lucha por una enseñanza pública, gratuita y democrática que ampare totalmente las necesidades de las clases populares, en la lucha contra la corrupción por una sanidad y seguridad social democráticas y al servicio del pueblo, en la lucha por el mantenimiento de los salarios y el mejoramiento de las pensiones, por sacar los mejores convenios posibles.

Una clase obrera y trabajadora que, a pesar de la brutal campaña anticomunista que realizan UCD SC, CDC, TVE y el Fomento del Trabajo, va clarificando más y más sus posiciones, va aumentando su conciencia social y política, va conociendo con más datos qué son la trilateral, la CEOE, la UCD, el Fomento, los monopolios, las multinaciones y a los hombres que representan estás organizaciones de explotación, que llevan a los pueblos al desastre económico y ecológico, a su empobrecimiento material y cultural.

A esta clase trabajadora se dirige el PSUC con toda la responsabilidad y autoridad que le da su lucha consecuente para mejorar hoy las condiciones de vida y trabajo, la calidad de la vida, en el proceso hacia una sociedad sin clases, hacia el socialismo.

Gobierno de unidad

Nuestro programa de reconstrucción nacional de Cataluña será defendido por unos hombres y mujeres insobornables, y avanza remos en su consecución a través de una batalla larga y dura, de una acción política constitucional y de masas, conquistando ahora todo lo que sea posible conquistar para los trabajadores y clases populares y avanzando con el debate ideológico y político en un aumento de la conciencia de clase y progresista de la mayoría de la población.

El PSUC quiere marchar con todas las fuerzas que se reclaman del socialismo y el progreso, y por ello plantea un Gobierno de unidad nacional democrática y un presidente de la Generalidad que sea la bisagra de esta unidad al servicio de lo! intereses de Cataluña. El hombre que defendemos para presidente es Josep Benet, un hombre que procede de la lucha democrática, que ha defendido a los trabajadores y demócratas represaliados y encarcelados por el franquismo, un hombre que realmente unificaría, sin exclusiones, a toda la Cataluña democrática. Josep Benet es el hombre que real mente conviene a la Cataluña actual. Este hombre es el que encabeza las listas del PSUC desde su condición de independiente, y que ni ahora ni cuando esté en el Parlamento se deberá a ninguna disciplina de partido, sino únicamente a la disciplina política y moral que su conciencia de demócrata, de socia lista independiente, le dicten.