Críticas del profesor Gustavo Bueno a la "filosofía trascendental"
Ciclo sobre pensamiento español en la Fundación de Investigaciones Marxistas
Prosiguió el ciclo sobre «El pensamiento español contemporáneo» en la Fundación de Investigaciones Marxistas, de Madrid, con una conferencia del profesor Gustavo Bueno sobre La variación de los contextos académicos y mundanos de la filosofía en los últimos cuarenta años.El profesor Bueno empezó manifestando su asombro, cuando inició sus estudios filosóficos, ante una filosofía que le sonaba a «música celestial». Esta filosofía, que estudiaba temas trascendentales, la definió Julián Marías en una frase pintoresca: «La gigantomaquia en torno al Ser.» Así, pues, la labor filosófica del profesor Bueno comenzó por una critica a este tipo de filosofía trascendental y, en este sentido, dijo:. «Traté de encontrar un objetivo profesional a la flosofía.» Creyó descubrirlo en el veterano oficio del diálogo entre profesionales, como una especie de academia platónica en la que, por intercambio de ideas reales se crea una ósmosis entre los participantes.
De esta forma, el profesor Bueno opuso las ideas que están en el mundo, que se palpan en la realidad política y social, a las ideas que sobrevuelan la Tierra y se refugian en la empírea celestial. Como las realidades son diversas y múltiples, no existe el monismo o unidad del todo, hay que categorizarlas. La tarea de la filosofía, según el profesor Bueno, es analizar las ideas que van surgiendo del proceso mismo categorial. Así, estableció una distinción entre la filosofía perenne, que se ocupa de las esencias extraterrestres, y la mundana, que seria una dialéctica de las realidades categóricas.
Más adelante, el profesor Bueno formuló un esquema basado en las décadas del cuarenta al ochenta, para explicar el desarrollo de la filosofía española en estos últimos cuarenta años. Refiriéndose a la primera década (1940-1950), explicó cómo los conceptos mundanos (la depresión económica, el aislamiento internacional, los fusilamientos, la represión) explican la conciencia recíproca de vencedores y vencidos. Estos últimos no se sentían definitivamente derrotados, no tenían una conciencia desventurada, pues esperaban la victoria de la Unión Soviética y de los aliados para liquidar el fascismo español. Naturalmente, los vencedores se sentían ufanos y creían haber restablecido las esencias eternas de España. Pero, tanto unos como otros, sufrían de una falsa conciencia: los vencidos pensaban en la humanidad en general,. en la patria del socialismo; los vencedores, en el «Imperio hacia Dios».
En la vida académica predominaban, tanto en la clandestinidad oscura de las cárceles, donde se estudiaba el marxismo, como en las aulas de la universidad, que cultivaban la escolástica solamente, tendencias doctrinarias abstractas. La década 1950-1960 la caracterizó el profesor Bueno como la de la recuperación económica y la influencia americana, tanto en el terreno político como en el científico. Así se originó una victoria del positivismo que se expresa en la proliferación de los estudios sobre la lógica formal, la psicología empírica y la cibernética.
Pero los años más fecundos son los de la década 1960-1970, que se manifiesta por un gran desarrollo económico, que coincide con la aparición del pensamiento marxista en la universidad y con un gran florecimiento de la filosofía misma. Por el contrario, la década 1970-1980 se define por una eclosión del interés por las ciencias humanas, sobre todo por la psicología, que se convierte en una ciencia antifilosófica.
Por último, el profesor Bueno dijo que existían palabras que podían definir cada una de estas décadas. La primera era la palabra «básicamente»; la segunda, «exacto»; la tercera, «lucidez»; la cuarta, «científico».
Babelia
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